El día más triste en la vida de Pedro Salmerón.

Pedro y Eugenio. Personajes juntados por la Historia.

La labor de historiador es un vaivén constante de fechas, datos, fuentes, interpretaciones, dolores de cabeza y luchas con el sistema establecido. Por ello, me pareció muy sorprendente la actitud tomada por Pedro Salmerón hace unas semanas respecto al tema de la Guerra Sucia en nuestro país.

Quien suscribe estas letras está CONVENCIDO de que la libertad de expresión es un derecho que JAMÁS debe estar supeditado a los gobernantes o intereses de los mismos. Empero, también es necesario saber los límites de nuestras PALABRAS U OPINIONES. Dicho esto, debo señalar que una de las máximas que tenemos quienes nos dedicamos a esta profesión es dejar de lado nuestro sentir, nuestros sentimientos respecto a los eventos históricos. Es algo CASI imposible, porque tenemos una subjetividad de origen al elegir los temas históricos que analizamos; sin embargo, sí se puede lograr un discurso acertado y centrado en la interpretación de las fuentes, buscando darle claridad a la narrativa que escribimos.

Si yo dijera que las personas que desaparecieron a 43 individuos en Iguala en el año de 2014 son VALIENTES, como mínimo sufriría el escarnio público. Y esto evidentemente no es mi sentir ni la postura de esta página.

Si yo dijera que los rebeldes nacionalistas durante la Guerra Civil Española fueron VALIENTES al matar a civiles republicanos o a Federico García Lorca, sería motivo suficiente para que alguien quisiera cerrar mi página. Por ello, a pesar de encontrarse en un espectro político distinto, las palabras que Pedro Salmerón escribió el 17 de septiembre de 2019 fueron tan inapropiadas en el contexto en que las dijo.

El pasado 20 de septiembre del presente año, Pedro Salmerón publicó un texto en el portal de Facebook del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones Mexicanas -INEHRM-, en el cual se refirió al asesinato de Eugenio Garza Sada. Cabe señalar que días antes se había conmemorado el aniversario luctuoso del empresario regiomontano. En dicho texto, expuso lo siguiente:

Imagen de las palabras de Pedro Salmerón

Esta situación provocó una reacción de indignación de varios sectores de la población que exigieron una disculpa de parte del académico, pues al ser DIRECTOR de la institución esto parecía más una postura de la misma que del señor Salmerón. Tras una serie de críticas y señalamientos, la Secretaría de Cultura anunció que la visión del pasado de ellos no era la que tenía Salmerón -primera señal de alarma para el futuro laboral, por cierto- y , además, el INEHRM envió otro comunicado -segunda señal de alarma- donde se disculpaba por las palabras de su aun director y otras palabras que pueden ver en el siguiente enlace.

La explicación…

Como dato adicional de esta historia, es menester señalar que Salmerón cerró sus redes sociales debido a la presión mediática a la cual se vio sometido. Esto solo duró un día, pues el historiador decidió redactar una carta de renuncia, de la cual comparto dos cuartillas para que las puedan leer:

Quisiera enunciar algunos puntos de esta carta, pues merece un análisis bastante más profundo:

  1. El Partido Acción Nacional nació en un momento muy convulso de la historia de la humanidad, donde hubo distintas posturas políticas que hoy en día son cuestionadas. Habría que recordarle al Señor Salmerón ya que él, como yo, estudió en la Facultad de Filosofía y Letras y sabe que los actos de otro tiempo no se juzgan con nuestra visión. Por ello, les proporciono el acceso al artículo que menciona de Rafael Barajas El Fisgón en este enlace. Por tanto, el primer argumento de Pedro es pueril y falaz, puesto que nada tiene que ver con su cuestionado acto; es un distractor y como tal, debe ser ignorado.
  2. Citar a su jefe Andrés Manuel López Obrador fue un intento desesperado de obtener el apoyo de su persona y autoridad. A su vez, mencionar el sinsentido enunciado de “moralmente derrotados” solo sirve para llenar espacio en su carta. Y obviamente no me detendré en su referencia a la Inquisición. Ahí solo demuestra su incapacidad como historiador y su enojo y frustración con la situación que vivió.
  3. Respecto a las redes sociales, no se debe dejar de señalar que tanto le molestaron las menciones en Twitter que lo cerró. Eso fue un acto más de cobardía que de otra cosa. Mencionaron en otro medio que cerró su Facebook, pero yo no lo pude presenciar en ese momento.
  4. La cita de ejemplos donde se utilizó la palabra VALIENTE no significan que sea válida su postura. ¿Por qué? Porque él era el titular de una institución, que está muy por encima de su persona, lo que lleva a uno de los puntos de este texto: sus opiniones personales debería habérselas guardado. Por cierto, ¿ya mencioné que utilizó su blog y de ahí lo difundió a través del portal de Facebook del INEHRM? Ignoro si eso viola alguna ley mexicana.
  5. Mencionar a los cristeros no ayudó en su caso. Recordemos que estas personas se rebelaron como consecuencia de las acciones de Plutarco Elías Calles y la Iglesia Católica de México. Nada justifica las matanzas de uno u otro bando. Y eso no hace que sean valientes unos u otros. Lo que hizo Pedro fue una falacia de falsa asociación y, si se puede agregar, una de falsa dicotomía.
  6. Yo, que reprobé su actitud, he estudiado durante varios años el tema de la Guerra Sucia y conozco nombres de los muertos y reprimidos por el Estado Mexicano. ¿Porque no comparto su pensamiento no puedo averiguar y conocer acerca de los movimientos sociales? Las falacias del Señor Salmerón son una constante en su carta y francamente solo muestran su pobre inteligencia emocional y su incapacidad de reconocer su error.

Para sorpresa de muchos-y de seguro de sus colaboradores- procedió a anunciar en sus redes sociales que realmente no había renunciado, sino que la carta la había puesto a disposición del Presidente. Aclaro en este espacio que hay dos cuartillas adicionales de la carta que no pude encontrar en imagen, pero que vienen resumidas en el siguiente recuadro.

¿Sólo la puso sobre la mesa?

¿El resultado? Que el 22 de septiembre del presente año fue designado como titular del INEHRM el Dr. Felipe Ávila, sustituyendo a Pedro Salmerón. Supongo que sí la vio en la mesa Andrés Manuel López Obrador y le decidió tomar la palabra.

Dr. Felipe Ávila, director del INEHRM

Aquí me es imperativo señalar que hubo muchos historiadores que se exaltaron con la renuncia de Pedro, al cual consideraron que se le estaba reprimiendo y censurando. De hecho, llegué a leer posturas donde se defendía la memoria histórica de la clase trabajadora (¿?) por encima de la memoria de la burguesía oligárquica (¿?) Estos posicionamientos me provocaron una inquietud intelectual porque me di cuenta que la concepción de la memoria es muy maniquea por parte de mis colegas, ya sea por su ideología política o por su incapacidad de razonar más allá de un momento de exaltación. Busqué una definición de memoria histórica que me permito compartirles a continuación:

La memoria histórica es un concepto historiográfico de desarrollo relativamente reciente, que puede atribuirse en su formulación más común a Pierre Nora, y que vendría a designar el esfuerzo consciente de los grupos humanos por entroncar con su pasado, sea éste real o imaginado, valorándolo y tratándolo con especial respeto. Ese esfuerzo consiente de los grupos humanos daría como resultado una memoria histórica colectiva, mientras que, podríamos hablar de otra memoria individual o particular propia de cada individuo. Realizado este planteamiento, no tendremos otro remedio que reconocer la existencia de tantas memorias como personas existen.

LA MEMORIA HISTÓRICA LA MEMORIA HISTÓRICA Pedro Luis Díaz Ruiz. Enlace: http://www.sociedadelainformacion.com/19/memoriahistorica.pdf

¿Qué implica ésto? Que no hay una sola memoria histórica, sino tantas como individuos y, por tanto, hay tantas versiones del pasado como humanos existen. Por ello es que se debe enfocar el estudio de los historiadores en el suceso y de cómo lo percibieron los protagonistas del mismo, así como en el cronotopo del hecho que analizamos. Para ejemplificar este último punto, el 28 de septiembre de este año el Semanario Proceso publicó una interesante entrevista a Elías Orozco Salazar, uno de los perpetradores del fallido secuestro de Eugenio Garza Sada, quien entre otras cosas mencionó lo siguiente:

El martes 17, al cumplirse 46 años del homicidio del empresario Eugenio Garza Sada, Pedro Salmerón, entonces director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, calificó de “jóvenes valientes” a los miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre que participaron en el intento de secuestro y subsecuente muerte del industrial. En medio de la controversia detonada por dichas declaraciones, el exguerrillero Elías Orozco Salazar, quien participó en aquellos hechos, agradece los señalamientos de Salmerón, “fue un acto sincero de reconocimiento”, pero reflexiona sobre el “suicidio” de su lucha armada: “Éramos jóvenes arrinconados ante tanta injusticia (…) Hoy el país debe elegir la reconciliación”.

Proceso. 28 de septiembre 2019. Enlace: https://www.proceso.com.mx/601387/fue-un-error-la-lucha-armada-pero-eramos-jovenes-arrinconados

Recomiendo ampliamente leer esa entrevista, donde el ex guerrillero menciona que no le pide perdón a la familia Garza Sada, por unas cuestiones que él CREE que hacía el empresario. ¿Es válida su postura? Sí, pero la dijo él, como protagonista, como un ex combatiente y que no tiene ningún puesto dentro del gobierno. Por último, si una memoria se ha rescatado ha sido la visión de los guerrilleros y reprimidos por el régimen presidencialista mexicano del siglo XX. Solo hace falta buscar en google bibliografía de la Guerra Sucia y podremos ver que el material disponible es bastante extenso. Y como último ejemplo: existe el Museo de Memoria Indómita que relata estos sucesos a manera de denuncia. No es perfecto, pero sirve para ilustrar el punto de que no hay una sola visión “burguesa o fascista” de la represión.

Silla dentro del Museo de Memoria Indómita. En lo personal y profesional, me parece IMPRESIONANTE esta parte del museo.

¿Qué nos deja esta situación como lección? En mi opinión, lo siguiente:

  1. Que Pedro Salmerón SIEMPRE se verá a sí mismo como un paladín de la historia y nunca reconocerá su error.
  2. Personas-historiadores como Luis Fernando Granados tienen todo el derecho a expresarse, pero que sigan utilizando términos como derecha fascista cada que algo/alguien los contradice o que va contra su forma de pensar resta mucho al debate. De hecho, no aporta algo significativo.
  3. Insisto: la libertad de expresión es un derecho constitucional y como ciudadano Pedro Salmerón debe expresar lo que quiera. Como titular del INEHRM… se debió moderar y no usar la institución para difundir su pensamiento.
  4. Por más cercano que seas al Presidente, si cometes una pifia monumental, ni él te buscará rescatar, a pesar de que diga de que eres más valioso como investigador que como funcionario.
  5. El tema de la Guerra Sucia/Terrorismo de Estado que se ejerció en México debe ser realizado por investigadores competentes y sin filiaciones políticas. ¿Por qué? Porque hay un inherente conflicto de interés al momento de realizar las investigaciones. Nada justifica el actuar del Estado Mexicano hacia los guerrilleros y las poblaciones que fueron reprimidas, así como tampoco justifica el matar a otras personas para obtener beneficios económicos. Es por esto que el hecho de que Salmerón fuera director del INEHRM y que esté tan inmiscuido en la mal llamada 4T solo permitió ver el punto de vista del gobierno, sin capacidad de debate con personas no afines al mismo.

Para dar más peso al último punto del listado anterior, quisiera citar un extracto de su libro Falsificadores de la Historia y otros Extremos:

“La historia, conciencia viva y conciencia colectiva, elemento de cohesión e identidad, poderoso refugio ante la adversidad, ha sido usada siempre con fines políticos muchas veces aviesos. La historia, que permite la comprensión del presente y la resolución de problemas, es también instrumento de opresión y manipulación
Cuando una camarilla, cuando los representantes de una clase social se adueñan del poder público en beneficio de los suyos construyen discursos ideológicos utilizando argumentos históricos que justifican su ejercicio del poder en contra de las mayorías despojándolos de esta característica fundamental de conciencia colectiva y presentándose como representantes de todo el pueblo de su mayoría, de los intereses generales o del bien común.”

Pedro Salmerón Sanginés. Los falsificadores de la historia y otros extremos. 2014
Pedro y Andrés.

Al final, una imagen dice más que mil palabras.

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