La Edad Media nos puede parecer muy distante; los castillos, las batallas a caballo y las armaduras son cosas que para la Edad Contemporánea han quedado en desuso, y solamente tenemos un acercamiento a ellos a través de los museos, las series de moda o al asistir a festivales recreacionistas; sin embargo, un número considerable de objetos y sistemas que hoy en día vemos cotidianamente y nos parecen de lo más actual, tienen su origen en tiempos medievales.
Libros
Como bien saben, la escritura y otros sistemas de comunicación pictográficos se inventaron hace varios miles de años, siendo su principal soporte materiales como la piedra o las tablas de arcilla; más adelante se implementó el uso de los rollos de papiro, los cuales dotaban al escritor una facilidad mucho mayor para plasmar sus ideas, permitían que el texto se extendiera indefinidamente, y hacían que su almacenamiento y transporte fuera considerablemente más sencillo; pero los rollos de papiro son cosa de la Antigüedad, ya que durante los primeros siglos de la Edad Media comenzó a utilizarse un nuevo sistema que rápidamente se volvería muy popular y terminaría reemplazando al anterior, estamos hablando del pergamino.
A diferencia del papiro, el pergamino no estaba hecho a base de frágiles fibras vegetales, sino que se obtenía a partir de la piel de un animal, y por medio de un muy largo y complicado proceso, la piel se limpiaba de imperfecciones, se blanqueaba y se preparaba para que pudiera escribirse sobre ella. Ahora bien, la gran resistencia y durabilidad de este material permitieron que varias láminas pudieran ser cosidas para formar un cuadernillo, y varias cuadernillos cosidos entre ellos formaban un libro, posteriormente, al libro se le colocaba una cubierta, generalmente también hecha a base de piel, pero esta vez de un grosor considerablemente mayor y con varios elementos que le conferían una durabilidad todavía mayor que la del contenido que protegía; de esta manera, se lograron no solo una escritura y lectura más fácil de los documentos, sino que también una forma para resguardarlo durante siglos sin que el paso del tiempo los dañara seriamente y también una manera de transportarlos sin correr el riesgo de que las inclemencias del clima o el descuido del mensajero terminaran por arruinar el libro en cuestión. Si bien, hoy en día las páginas de los libros no están hechas de piel de animal, los métodos de encuadernación y de escritura son prácticamente los mismos que los utilizados en la Edad Media.
La cota de malla
Estrictamente hablando, el origen de la cota de malla se remonta a la Edad Antigua, siendo inventada por los celtas y ampliamente utilizada por los romanos; sin embargo, debido a que este artefacto se popularizó y utilizó durante prácticamente toda la Edad Media, hasta el punto de que automáticamente lo vinculamos con dicha época, decidimos incluirlo en nuestra lista.
Al hablar de cotas de malla posiblemente vengan a tu mente caballeros medievales peleando durante las Cruzadas o participando en batallas como la de Azincourt, cosa que difícilmente podríamos vincular con la tecnología bélica de nuestros tiempos, y esto es perfectamente lógico, ya que las cotas de malla en la actualidad no se utilizan como instrumento de guerra, sino que tienen dos usos muy distantes del campo de batalla. El primero de ellos es para la elaboración y el manejo de objetos punzocortantes, ya que algunos cuchillos como aquellos utilizados por los cocineros, tienen un filo increíblemente agudo, representando un potencial peligro para quien lo confecciona o le da mantenimiento. El segundo uso que se le da actualmente a este invento tan antiguo es aún más extraño que el anterior, ya que algunos buzos lo utilizan como protección al sumergirse en aguas pobladas por tiburones; en este caso, la cota de malla se teje con anillas mucho más pequeñas que las de tiempos medievales para facilitar los movimientos del investigador subacuático, pero al mismo tiempo con un material suficientemente resistente como para protegerlo de una mordida.
La universidad
Muchos de nosotros hemos recorrido los salones, pasillos y estadios de una universidad, ya sea como estudiantes, profesores, trabajadores o visitantes, posiblemente sin ser conscientes de que estos lugares, actualmente vistos como emblemas del conocimiento, el estudio, la ciencia, las humanidades y el deporte, tienen su origen en la Baja Edad Media.
Las universidades más antiguas de Europa nacieron y desarrollaron unos cuantos años después del comienzo de las Cruzadas, eran administradas por la Iglesia Católica y las ramas del conocimiento que uno podía estudiar ahí eran principalmente Teología, Medicina y Leyes, aunque con el pasar de los años el conocimiento se fue diversificando, dando como resultado otras áreas de estudio. Si te preguntas qué tanto se parece una universidad moderna a una medieval, la respuesta es que más de lo que uno se imagina, y es que muchos de los objetos característicos de una universidad, lo han sido durante mucho más tiempo de lo que pensamos, algunos ejemplos de esto son la toga y el birrete, las cátedras, los cuartos de estudiantes, los procesos de admisión y la jerarquía dentro de la misma. No es de sorprender que, al haber sido un invento eclesiástico, tanto las universidades medievales como las actuales, hayan implementado sistemas de otras instituciones de la Iglesia para optimizar su funcionamiento, por ejemplo, los monasterios, pero eso será tema para otra entrada.
Por si fuera poco, se han encontrado cartas de estudiantes medievales por medio de las cuales les solicitaban a sus padres que enviaran más dinero, ya que con el que tenían non les era suficiente… ¿a alguien le resulta familiar?
El título universitario
Este elemento pudo haber formado parte del número anterior sin ningún problema, ya que el título universitario es algo que va intrínsecamente unido a la institución que lo emite, pero en los títulos modernos hay más elementos medievales de los que se captan a simple vista.
El título universitario encuentra su antecedente más cercano en los títulos nobiliarios, también de origen medieval y que conferían a su portador de un estatus que lo distinguía del resto de la población, pero hoy en día, muchas universidades alrededor del mundo elaboran sus títulos siguiendo los mismos métodos que sus predecesores medievales, utilizando pergamino en lugar de papel para su soporte y contratando a un experto para que escriba, a mano y en tipografía gótica, todo el contenido de este documento, el único elemento contemporáneo en un título universitario podría ser la fotografía, ya que incluso los sellos pueden encontrar su origen en la Edad Media.
El Papa
De acuerdo con la tradición, el título del primer Papa de la historia le corresponde a San Pedro, primer Obispo de Roma y por lo tanto cabeza de la Iglesia Católica, sin embargo, esto es cierto parcialmente. Para este punto vamos a partir del supuesto de que San Pedro efectivamente existió y comienza con la línea sucesoria del obispado romano. Una vez aclarado esto, podemos decir que el título de primer Obispo romano nadie se lo está discutiendo, pero el título de Papa aún no existía durante los primeros siglos del cristianismo; de hecho, el origen de este término y su uso se remontan a la Alta Edad Media, cuando, a finales del siglo VI, San Gregorio Magno, Obispo de Roma, tuvo una muy fuerte discusión con Juan el Ayunador, Obispo de Constantinopla. El conflicto se centraba en si un Obispo era superior a sus homólogos, y de ser así, cuál era el que ostentaba la mayor jerarquía, el de Roma, o el de Constantinopla. El resultado de esta polémica dio origen al término que hoy en día sigue utilizado para designar a la máxima autoridad de la Iglesia Católica en la tierra.
El tenedor
Este instrumento tiene un uso tan cotidiano, que difícilmente imaginamos la vida sin él, por lo menos en occidente el tenedor es el utensilio más utilizado, junto con el cuchillo, para consumir alimentos sólidos, y claro, para mostrar que uno no es un salvaje que come cualquier cosa con las manos o directamente del plato. ¿Tiene el tenedor origen medieval? Aunque las fuentes difieren sobre la fecha exacta en que el tenedor fue inventado, la mayoría la sitúa entre los siglos XI y XIII, por lo cual la respuesta a nuestra pregunta sería afirmativa, sin embargo, se dice que era considerado un instrumento poco viril y, aunque ya era conocido, no fue utilizado sino hasta finales del siglo XVII o principios del XVIII, principalmente gracias a los nobles y los burgueses, quienes popularizaron el uso de lo que hoy en día conocemos como modales y buenas costumbres.
Las grandes ferias comerciales
Hoy en día resulta muy frecuente ver anuncios o asistir a eventos donde grandes empresas y potenciales compradores se reúnen para realizar transacciones, generalmente vinculados por un producto o servicio en común o muy relacionado, de forma tal que existen ferias y expos sobre bodas, autos, hotelería, pasatiempos, entre muchas otras, pero, ¿te has preguntado cuándo se originaron estos eventos? Aunque parezca difícil de creer, sus primeros antecedentes se encuentran en la Baja Edad Media, y todo se debe a que durante y después de las Cruzadas, los comerciantes occidentales establecieron un contacto muy frecuente con tierras orientales, en las cuales podían obtener productos muy exóticos para posteriormente revenderlos en Europa a un precio mucho más elevado, y no solamente eso, sino que también adquirían materias primas para que, tanto ellos mismos como empleados a su cargo realizaran productos manufacturados que igualmente venderían a un precio que les resultara conveniente.
Una vez que este sistema se popularizó por prácticamente toda Europa, se cimentaron no solamente las bases del sistema capitalista, sino todo lo que esto conlleva, por ejemplo, surgieron los primeros gremios que buscaban regular la competencia entre vendedores de un mismo producto, los primeros pagarés occidentales y marcas que los artesanos ponían en su obra para que otros pudieran contactarlos en caso de que les gustar su producto; y claro, también surgieron las primeras ferias comerciales, en las cuales muchos comerciantes con todo tipo de productos asistían para darse a conocer y para vender sus productos traídos o confeccionados desde tierras muy remotas. Hoy en día, algunos estudiosos han localizado las principales rutas de comercio que estos mercaderes utilizaban, así como las zonas en las que se establecían para realizar las ferias y los productos más frecuentes que en éstas se vendían.
Fuentes consultadas:
Oman, Charles, The Dark Ages
Pirenne, Henri, Historia social y económica de la Edad Media, México, Fondo de Cultura Económica, 1986.
https://www.bonviveur.es/the-food-street-journal/la-historia-del-tenedor-curiosidades-y-tipologias
Imágenes tomadas de:
Guía de catalogación del libro antiguo
https://es.wikipedia.org/wiki/Cota_de_malla
https://www.unam.mx/comunidad/estudiantes/facultades-y-escuelas
Prólogo de la Gramática de la Lengua Castellana, de Antonio de Nebrija
https://pxhere.com/es/photo/694962
https://www.timetoast.com/timelines/linea-de-tiempo-de-la-ingenieria-por-cultura
– El Erudito.
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Un comentario sobre “Algunos inventos de origen medieval (o anterior) que siguen siendo vigentes hoy en día”