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Cuando un historiador investiga fuentes, encuentra que no todas siguen un dogma determinado, sino que cada historiador, según a qué corriente historiográfica pertenezca, se adscribe a su criterio para escribir y hacer Historia, aunque hoy en día, según aprendí en una asignatura llamada Fuentes para la Historia Moderna, el historiador ya no tiene en cuenta la historiografía, sino que va estudiando artículos que pertenecen a distintas corrientes y va creando sus propias conclusiones.
Perteneciendo a una corriente historiográfica o no, lo que sí hacemos los historiadores de hoy en día es analizar con lupa todo lo histórico, porque también la Historia está sujeta a manipulaciones, tergiversaciones y negacionismos que nos vemos obligados a contrastar y muchas veces se disfraza de revisionismo o, incluso presentismo.

Pero, ¿qué es el revisionismo? revisionar la historia tiene varias connotaciones: según la historiografía anglosajona (principalmente) es responder mediante artículos a otros artículos con los que no se está de acuerdo, siempre de manera educada y es una forma más para aprender sobre distintos puntos de vista en la Historia. Por ejemplo: el historiador estadounidense Robert C. Allen escribió en su artículo Revolución en los campos: La reinterpretación de la Revolución Agrícola inglesa varias respuestas a los métodos de otros historiadores que menciona en el mismo.
Sin embargo, como ya he mencionado, el revisionismo puede ser confundido fácilmente con negacionismo y manipulación. Es decir: además de responder puntos de vista, hay en los últimos años una tendencia a revisar la Historia para escribirla de manera más objetiva y evitar manipulaciones, tal y como es el caso del revisionismo hacia la figura de Stalin en los últimos años (sin llegar a negarla) o el revisionismo argentino tanto en el peronismo como en la Revolución Libertadora, usando para ello la prensa como modo principal de difusión.
No obstante, el caso más conocido de negacionismo histórico y que muchos de sus adeptos afirman que es revisionismo es el relacionado con el III Reich y el Holocausto, siendo David Irving el historiador negacionista más notable. Irving defiende que Hitler no era consciente de la magnitud de los crímenes que cometió, ya que los que los perpetraron eran sus seguidores, aunque más peligroso resulta quienes creen que el Holocausto nunca tuvo lugar, pese a que hay pruebas de que sí hubo un genocidio contra determinados grupos religiosos y étnicos para conseguir una “raza superior”.

Y es ahí donde hasta hace poco yo misma creía que revisionar era sinónima de negar, ya que casi siempre cuando he leído artículos revisionistas, se tiende a negar parte de la situación, pero si atenemos por ejemplo a la historiografía anglosajona, de la cual se puede aprender mucho, el revisionismo es positivo y se puede aprender de uno u otro historiador, pero debemos dejar de llamar revisionismo al negacionismo y llamarlo como tal, ya que como he dicho, puede dar lugar a manipulaciones o tergiversaciones. tal y como sucede en la historiografía argentina durante los años 50/60.
Entonces es cuando os planteo la siguiente cuestión, ¿es lícito revisionar la historia? ¿creéis que al permitirse las revisiones es más vulnerable a manipulaciones? En mi opinión, si se revisiona para aportar nuevos datos, siempre y cuando no se nieguen los hechos demostrados y sea objetiva, entonces sí, bienvenidas sean las revisiones, pero si se utiliza para manipular y negar, ya es otra cosa.
ALGUNOS ENLACES DE INTERÉS Y QUE HAN AYUDADO A ELABORAR ESTA ENTRADA
- El legado histórico de Stalin
- El Revisionismo, Itinerarios de cuatro décadas
- La prensa peronista como medio de difusión del revisionismo bajo la Revolución Libertadora
- El debate en torno a David Irving y el negacionismo del Holocausto
-Alex de Large.
Un comentario sobre “¿Es correcto revisionar la historia?”