¿Es una amenaza el feminismo?

En los últimos años ha habido un repunte de la tercera ola del feminismo (aunque algunos ya la clasifican en la cuarta) que sin duda, sea donde nos metamos, ya sea en las redes sociales, en la prensa, en la televisión e incluso el cine. Todo ello no está exento de reivindicaciones y sin duda, hace mucho ruido.

Ojo, no quiero decir que hacer ruido en este aspecto sea malo, ya que gracias al feminismo, muchas personas han mejorado ciertas conductas y se está luchando con lacras como la violencia de género o el acoso sexual normalizado, adquiriendo una problemática relevante que hace años pocos tenían en cuenta.

No obstante, las conductas machistas y patriarcales están fuertemente arraigadas en el colectivo y muchos de ellos ven al feminismo como una amenaza y otras corrientes feministas como la radical (no debe entenderse el feminismo como uno solo, sino como varios y de todos ellos se debe aprender), debido a su modo de difundirse, no suele gustar a un público generalizado y no son pocos los comentarios despectivos e intimidatorios que reciben muchas activistas y personas afines.

Pero me gustaría lanzar una pregunta, ¿es peligroso el feminismo? desde sus orígenes, pasando por la educación igualitaria ideada por Mary Wolstonecraft, el movimiento sufragista u hoy en día, la lucha con las desigualdades y la aplicación de la perspectiva de género a todo, esta corriente de pensamiento (como historiadora no puedo evitar verlo como tal) tiene sus seguidores y sus detractores. Estos últimos, debido a la falta de información y al verse cuestionados desde sus conductas arraigadas, creen que el feminismo es desde el machismo inverso hasta un conjunto de “feminazis” (término que no comparto en absoluto y que no debería usarse) movidas por la izquierda para acabar con el orden establecido.

Por tanto, no, no creo que el feminismo, aplicado desde una perspectiva histórica, sea peligroso ni suponga una amenaza. De hecho creo que deconstruyéndonos todos de nuestras actitudes, informándonos correctamente, ya que gran parte de las malinterpretaciones que se da es precisamente por no informarse debidamente y sin caer en el dogma y aplicando la perspectiva de género a donde puede aplicarse (uno de los defectos que encuentro en el feminismo es que se aplica a prácticamente todo y desde el punto de vista histórico, no resulta factible en muchos casos), creo que puede llegar a ser totalmente necesario y creo que todos podemos y debemos aprender de él, pero eso sí, debe estar en nuestra mano querer cambiar eso. Sin duda, no es un camino fácil, pero con esfuerzo y perseverancia, creo que poco a poco se puede conseguir.

-Alex DeLarge

 

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