Ya hablé en la última entrada sobre el auge de la derecha en el mundo. No solo Europa ha atravesado por este fenómeno periódico, sino que puede extenderse al continente americano. En Estados Unidos gobernó Donald Trump y en Brasil sigue Jair Bolsonaro, pero en otros países con una arraigada crisis como Venezuela o la destitución de Evo Morales, la derecha también va surgiendo en esos países y asentándose. Por no hablar de una tendencia al conservadurismo que permanece arraigado en gran parte de la población.
Sin embargo, cuando se abraza una ideología, se tiende a comparar la contraria y acaba dándose una opinión radicalizada y, bajo un análisis, se tergiversa y manipula la información. Es el caso del partido político español Podemos, que se le incluye en un espectro comunista cuando en realidad muchos de sus miembros abandonaron el Partido Comunista y han ido reconociendo la problemática de Venezuela. Al igual que muchos sitúan a Franco como un dictador fascista y tampoco se puede denominarle de tal forma, ya que adquirió elementos de una cosa y otra (siempre de forma conservadora y acorde a su idea) y denominaba al régimen como “nacionalcatolicismo”.
Otro hecho es, para defender una ideología u otra, siempre de descalifica como “comunista” o “fascista”, lo cual, en países como España, al menos, el término comunista siempre ha tenido una gran connotación negativa y se le teme más que a un gato el agua. De hecho, los detractores al gobierno actual (coalición entre PSOE-Podemos) lo denominan “socialcomunista”.
Otra realidad es que, estudiando un poco y analizando, el comunismo nunca ha tenido una gran base sólida en España, aunque tuvo un gran auge durante los tiempos de la II República y Guerra Civil. Pese a ello, siempre ha necesitado un apoyo de otros partidos (Izquierda Unida) y el mismo Partido Socialista, que en 1977 tuvo que desvincularse de su corriente marxista hoy en día sigue sin ver con buenos ojos el comunismo y ha ido degenerando hacia la socialdemocracia. Existen partidos enteramente comunistas, pero apenas tienen voz y muy apenas consiguen escaños en los parlamentos. Con lo cual, no se puede decir que el comunismo haya llegado a España y en otros países como Venezuela tampoco se les puede llamar comunistas plenamente.
Así, que yo invito a leer e informarse mejor para tener un debate coherente y no caer en falsas calificaciones ni difundir noticias que han sido manipuladas. Nuestra tarea como historiadores es mantenernos lo más fiel posible a los datos y hechos y así los ofrecemos a quienes nos leen.
-Alex DeLarge