23 de agosto del 2011
Fin del régimen del dictador Libio Muammar-al-Gadafi
¿Qué nos pueden decir de este evento, historiadores?
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Tras el inicio de la Primavera Árabe en 2011, Gadafi se pronunció a favor del presidente tunecino Ben Ali, entonces amenazado por la revolución tunecina. Sugirió que el pueblo de Túnez estaría satisfecho si Ben Ali introdujera allí un sistema Jamahiriyah. Por temor a las protestas internas, el gobierno de Libia implementó medidas preventivas reduciendo los precios de los alimentos, purgando a los líderes del ejército de posibles desertores y liberando a varios prisioneros islamistas. Esto resultó ineficaz y, el 17 de febrero de 2011, estallaron importantes protestas contra el gobierno de Gadafi. A diferencia de Túnez o Egipto, Libia era en gran parte religiosamente homogénea y no tenía un movimiento islamista fuerte, pero había una insatisfacción generalizada con la corrupción y los sistemas de clientelismo arraigados, mientras que el desempleo había alcanzado alrededor del 30%.
Luego de acusar a los rebeldes de estar “drogados” y vinculado a al-Qaeda, Gadafi proclamó que moriría mártir antes que salir de Libia. Cuando anunció que los rebeldes serían “perseguidos calle por calle, casa por casa y armario por armario”, el ejército abrió fuego en Bengasi, matando a cientos de manifestantes. Conmocionados por la respuesta del gobierno, varios políticos de alto rango dimitieron o se pusieron del lado de los manifestantes. El levantamiento se extendió rápidamente por la mitad oriental menos desarrollada económicamente de Libia. A finales de febrero, las ciudades del este como Bengasi, Misrata, al Bayda y Tobruk estaban controladas por rebeldes, y el Consejo Nacional de Transición (CNT) con sede en Bengasi se formó para representarlas.
En los primeros meses del conflicto parecía que el gobierno de Gadafi, con su mayor poder de fuego, saldría victorioso. Ambos bandos desobedecieron las leyes de la guerra y cometieron abusos contra los derechos humanos, incluidos arrestos arbitrarios, torturas, ejecuciones extrajudiciales y ataques de venganza. El 26 de febrero, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 1970, suspendiendo a Libia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, aplicando sanciones y pidiendo una investigación de la Corte Penal Internacional (CPI) sobre el asesinato de civiles desarmados. En marzo, el Consejo de Seguridad declaró una zona de exclusión aérea para proteger a la población civil de los bombardeos aéreos y pidió a las naciones extranjeras que la aplicaran; también prohibió específicamente la ocupación extranjera. Sin hacer caso de esto, Qatar envió cientos de tropas para apoyar a los disidentes y, junto con Francia y los Emiratos Árabes Unidos, proporcionó armamento y entrenamiento militar al CNT. La OTAN anunció que impondría la zona de exclusión aérea. El 30 de abril, un ataque aéreo de la OTAN mató al sexto hijo de Gadafi y a tres de sus nietos en Trípoli. Esta intervención militar occidental fue criticada por varios gobiernos de izquierda, incluidos los que habían criticado la respuesta de Gadafi a las protestas, porque la consideraban un intento imperialista de asegurar el control de los recursos de Libia.
En junio, la CPI emitió órdenes de arresto contra Gadafi, su hijo Saif al Islam y su cuñado Abdullah Senussi, jefe de seguridad del Estado, por cargos relacionados con crímenes de lesa humanidad. Ese mes, Amnistía Internacional publicó su informe y encontró que, si bien las fuerzas de Gadafi eran responsables de numerosos crímenes de guerra, muchas otras denuncias de abusos masivos de derechos humanos carecían de pruebas creíbles y probablemente eran invenciones de las fuerzas rebeldes promovidas por los medios de comunicación occidentales. En julio, más de 30 gobiernos reconocieron al CNT como el gobierno legítimo de Libia; Gadafi pidió a sus partidarios que “pisoteen esos reconocimientos, pisoteen con sus pies … No valen nada”. En agosto, la Liga Árabe reconoció al CNT como “el representante legítimo del estado libio”.
Ayudada por la cobertura aérea de la OTAN, la milicia rebelde avanzó hacia el oeste, derrotando a los ejércitos leales y asegurando el control del centro del país. Con el apoyo de las comunidades amazigh (bereberes) de las montañas de Nafusa, que durante mucho tiempo habían sido perseguidas por no hablar árabe bajo Gadafi, los ejércitos del CNT rodearon a los leales a Gadafi en varias áreas clave del oeste de Libia. En agosto, los rebeldes se apoderaron de Zliten y Trípoli, poniendo fin a los últimos vestigios del poder de gadafista. Es probable que sin los ataques aéreos de la OTAN apoyando a los rebeldes, no hubieran podido avanzar hacia el oeste y las fuerzas de Gadafi hubieran finalmente retomado el control del este de Libia.
Tras el auge de la guerra civil el Tribunal especial para Sierra Leona pidió que rindiera cuentas por su papel como autor financiero de las matanzas bajo el régimen de Charles Ghankay Taylor y Foday Sankoh que causó alrededor de 50.000 muertes en el país, David M. Crane, el fiscal fundador de dicho tribunal, alegó que Gaddafi entrenó, financió armamento y envió soldados en base a su mala relación con el país en base a un boicot encabezado por Siaka Stevens, Taylor testificó sobre la participación del coronel, Crane afirmó que sus llamados de justicia no fueron atendidos debido a que occidente mejoró sus lazos con Gaddafi, un líder de la oposición protestó cuando Gadafi visitó el país en 2007 pidiendo que boicoteasen su visita.
Bibliografía
Ospina Valencia, J. (2011). Fieles a Gadafi: Cuatro días para rendirse. DW.COM. https://www.dw.com/es/fieles-a-gadafi-cuatro-d%C3%ADas-para-rendirse/a-15354807
Zoubir, Y. H. (2012). El colapso de la dictadura de Gadafi. ¿Qué futuro para Libia? Foro Internacional, 52(2), 361–378.
Autor: Crespo Jama Edri Alexander