La bolsa/cerco de Falaise: El Bagration Occidental que no fue

“A pesar de los intensos esfuerzos, se acerca el momento en que este frente, ya tan tenso, se romperá. Considero que es mi deber llevar estas conclusiones a su conocimiento… Mi Führer.”

 

– Walther von Kluge en agosto de 1944.

 

El frente Occidental de la Guerra tardó mucho tiempo en abrirse por la necedad de Churchill de atacar Italia, al cual nombró el ombligo de Europa. Además, hay que reconocer que el ministro británico veía con interés que alemanes y soviéticos se despedazaran. Aunque EEUU quería atacar Francia desde 1942 se inclinaron por la península itálica y le dieron tiempo al Canciller de terminar el Muro del Atlántico.

 

Después del lanzamiento de la operación Overlord el 6 de junio de 1944, los ejércitos aliados esperaban un rápido avance a través de los suelos franceses, apuntando a que la toma de Francia se daría en cuestión de semanas. La realidad , sin embargo, no pudo ser más decepcionante.

 

El asalto inicial había sido exitoso,  las defensas alemanas en la zona del desembarco eran débiles, pues esperaban que el peso de la ofensiva llegase a través del Paso de Calés. Pese a esto, los teutones marcaron una defensa obstinada, que se vio reforzada por varias divisiones Panzer que se acercaban desde el sur. La batalla por Normandía se extendió durante más de 2 meses gracias a estas acciones.

 

Durante todo el mes de Junio y más de la mitad de Julio, los aliados realizaron pocos avances dentro de esta zona, pero la hasta entonces sólida defensa alemana comenzaba a tambalear tras haber lanzado varios y repetidos ataques con la intención de devolver a sus enemigos al mar, pero sin apoyo aéreo de ningún tipo y con pocas municiones, lo único que lograron fue el debilitamiento de sus líneas de combate, debilitamiento que fue explotado al máximo en Avranches, al sur de Saint Lo, donde los aliados lanzaron la ofensiva denominada como Operación Cobra en la que las fuerzas al mando de Omar Bradley lograron arrasar las posiciones del grupo de Ejércitos B, al mando de Günther von Kluge.

 

El desastre al fin había ocurrido;  el frente, luego de haberse mantenido relativamente estable durante más de 1 mes se había roto y junto con él, las fuerzas aliadas tenían vía libre para alcanzar el río Sena, además de haber liberado virtualmente toda la región de Bretaña. Von Kluge intentó desesperadamente conseguir el permiso de Hitler para la retirada, pero los días pasaban y no recibía respuesta. El 1 de agosto todas las fuerzas alemanas en el norte de Francia corrían peligro de ser envueltas y destruidas, un escenario como el sucedido en la Operación Bagration podía darse de manera paralela en el frente occidental y todo dependía de qué tan rápido el líder alemán contestara el teléfono.

 

Bienvenidos historiadores a una nueva entrega de Sábado Bélico, en esta ocasión, nos trasladamos al frente occidental para analizar uno de los eventos más polémicos sucedido en la segunda batalla de Francia. Así es, nos referimos a la bolsa de Falaise, también mencionada por varios historiadores como el saliente de Falaise, lugar en el que el séptimo ejército alemán y el quinto ejército panzer se vieron seriamente amenazados tras el éxito de la Operación Cobra previamente mencionada. Pero, ¿cómo fue que los alemanes lograron escapar de esta delicada situación? Acompáñenos a descubrirlo, pero antes, no olviden darle like, suscribirse al canal, activar la campana para no perderse ninguno de nuestros futuros vídeos , visitar nuestro blog cuyo enlace está en la descripción además de seguirnos en twitter para estar al pendiente de todo lo relacionado a HC Historia Contemporánea, pero sobre todo, compartir este material para que podamos seguir llegando a más historiadores, sin nada más que añadir, comencemos.

 

Hasta mitad de Julio de 1944, los principales combates en el norte de Francia habían tomado lugar en Caén, gracias a esto, el general Bradley pudo barrer con soltura las tropas que defendían las posiciones más cercanas a la región de Bretaña. Posteriormente, el avance intentó ser frenado por el propio Hitler, que ordenó una contraofensiva para cerrar la gigantesca brecha que los aliados habían hecho, esfuerzo que resultó en vano y que posteriormente fue aprovechado por el muy sobrevalorado Bernard Montgomery, quien lanzó un ataque de pinzas sustentado en el sur por las fuerzas estadounidenses y francesas, mientras que en el norte de las posiciones alemanas se encontraban el primer ejército canadiense, que cabe resaltar, vivió su bautismo de fuego.

 

Entre el 10 y el 20 de agosto, la lucha fue encarnizada y especialmente difícil para los alemanes, pues si bien el séptimo ejército alemán contaba con una buena cantidad de hombres y material, los mismos habían llegado en una huida desorganizada tras el ataque del mencionado Bradley que desestabilizó el frente, por lo que en temas de logística, el panorama era complejo, especialmente por las divisiones mecanizadas que se movían en el sur de las posiciones germanas, mientras que en el norte los acorazados canadienses los presionaban, por lo que desde el día 10 de agosto, von Kluge había solicitado el permiso para la retirada, pero pasaban los días y no había respuesta.

 

La situación era insostenible para los teutones. La bolsa tomaba forma, razón por la cual el quinto ejército panzer evacuó la zona, cruzando a la seguridad del otro lado del río Sena, mientras que junto con el séptimo ejército, también se encontraba el Panzergruppe Eberbach, que si bien se puede considerar como una unidad de élite al ser conformada por algunos de los mejores tanques y tripulaciones veteranas con las que Alemania contaba, su creación fue producto del desesperado ataque instruido por Hitler el 1 de agosto para intentar parchar a como diera lugar la ya muy mencionada brecha. Con su fracaso, retrocedió hasta Falaise con el séptimo ejército, ayudando en la desesperada defensa de su perímetro mientras sólo pudieron enterarse de cómo fue que sus compañeros del quinto ejército panzer escaparon justo a tiempo.

 

Si bien los alemanes lograron mantenerse firmes ante el avance por el norte de las tropas canadienses, no tenían ninguna división que le ofreciera resistencia a la pinza que los amenazaba desde el sur, por lo que durante varios días, el general von Kluge intentó hacer entrar en razón a Hitler para poder evacuar el grupo de ejércitos B antes de que fuera tarde, cosa que por fin logró el día 16 de agosto, momento en el que dejó órdenes explícitas al comandante de la guarnición de París para que sus hombres no lucharan en la ciudad y que, por el contrario, sirvieran de ayuda en las carreteras aledañas a la capital francesa para que la mayor cantidad posible de sus hombres atrapados en Falaise pudiera escapar.

 

Mientras que el grupo de ejércitos B se preparaba para escapar, los hombres al mando de Bradley habían alcanzado la zona de Argentan, al sur de Falaise dos días antes de que los alemanes recibieron el permiso de evacuación. Sin embargo, estas divisiones aliadas no pudieron avanzar para cerrar el cerco. ¿La razón? El avance había sido tan rápido que la pinza del sur alcanzó los límites operacionales que el comandante Montgomery había designado, por lo que las tropas de Omar tuvieron que esperar el permiso para reanudar su movimiento, mismo que tardó en llegar hasta el 19 de agosto, y esos 3 días en los que los alemanes tuvieron un estrecho corredor para moverse con seguridad fuera de la zona fue explotado al máximo.

 

El día 17 de agosto, el mariscal von Kluge fue destituido del comando de grupo de ejércitos B al comprobarse la participación del mismo en el atentado que sufrió Hitler el día 20 de Julio, en su lugar, el mariscal Walther Model fue llamado al comando de estos ejèrcitos, quienes para el momento de su llegada estaban en una situación crítica, pues se encontraban en un triángulo de 18 kilómetros cuadrados entre los poblados de Chambois, Trun y Coudehard.

 

El día 19 de agosto, cuando finalmente las tropas de Bradley volvieron a moverse, ese día finalmente se cerró el cerco.

 

Parecía que finalmente, ese mismo día las tropas alemanas se rendirían luego de haber resistido los ataques en el norte y habiendo hecho poco en el sur para retrasar el cierre sobre ellos, pero la realidad fue que los germanos siguieron luchando con desesperación y lograron mantener un muy estrecho corredor entre Saint Lambert y Chambois por el cual pudieron escapar otros tantos; claro está que los aliados no los dejaron escabullirse sin antes ofrecer una pelea.

 

Uno de los puntos más difíciles de la logística alemana durante la retirada fue, paradójicamente,la ausencia de la misma, pues no contaban con vehículos o caballos que pudieran mover sus piezas de artillería más pesadas, por lo que las mismas se fueron quedando atrás, y las que quedaban en el cerco fueron usadas para ahuyentar en medida de lo posible a la infantería aliada que se acercaba a su pequeño corredor. Los esfuerzos finales por evacuar la zona se dieron la noche entre el 21 y la madrugada del 22 de agosto, donde cubiertos por la penumbra pudieron escapar quienes pudieron, dirigiéndose hacia detrás del Sena, cuya retirada fue cubierta por la guarnición de París y el quinto ejército Panzer que había escapado del cerco durante los primeros días del mismo.

 

Los alemanes dentro de la bolsa que finalmente se rindieron tenían poca o nula munición, además de que ya no contaban ni con artillería y mucho menos tanques, por lo que 50 mil soldados alemanes fueron hechos prisioneros, mientras que el grueso del grupo de ejércitos B logró replegarse, es decir, entre 100 y 200 mil tropas, de los cuáles tuvieron más de 50 mil heridos, además de que lograron salvar consigo bastantes tanques, piezas de artillería ligeras y vehículos de transporte que serían vitales para la defensa del Reich, especialmente con una industria alemana que estaba siendo constantemente bombardeada y a todo esto, hay que añadir que los comandantes de las divisiones de este grupo de ejércitos también lograron cruzar al otro lado del Sena.

 

El lado negativo fue que los alemanes perdieron más de 300 piezas de artillería, más de 100 tanques entre abandonados y destruidos en combate y bastante equipamiento que no tenían el lujo de derrochar.

 

La polémica de la Bolsa de Falaise viene en cuanto se pone en cuestionamiento el modo de actuar de ciertos comandantes aliados, especialmente el de Bradley, quien como mencionamos anteriormente, detuvo su avance. Muchos historiadores le critican por esto, pues de haberse cerrado antes la bolsa, es probable que se hubiera alcanzado la aniquilación del grupo de ejércitos B, pero también cabe resaltar que además de los motivos logísticos que detuvieron la marcha de las tropas aliadas, también se suma al hecho de que los mismos llevaban desde el inicio de la batalla de Normandía recibiendo fuego amigo por muchos factores, pero el principal sin duda era la cercanía de las unidades en la zona, pues desde luego, el norte de Francia no es tan amplio como el norte de África o las estepas rusas, por lo que estos incidentes pasaban a menudo y con una logística reducida en favor de un movimiento veloz, le pudo haber costado caro a las fuerzas liberadoras, eso sí, el detenerse también favoreció de gran manera a los alemanes.

 

La bolsa o saliente de Falaise tuvo todo el potencial de convertirse en el Bagration occidental, pero lo improvisado que resultó este envolvimiento fue sin duda el factor decisivo para que los alemanes escapasen aún cuando recibieron bastante tarde la orden de evacuar, puede que si Hitler hubiera demorado su respuesta unos días más, hoy estaríamos hablando  de la destrucción y no el escape del grupo de ejércitos B.

 

Y esto es todo por esta nueva entrega de Sábado Bélico, esperamos les haya gustado y si fue así, no olviden darle like, suscribirse al canal, compartirlo y seguirnos tanto a HC Historia Contemporánea como a mí, Der Ausländer en twitter para estar al pendiente de todos nuestro futuros vídeos, ya nos veremos, en la próxima batalla.

 

Bibliografía:

Paul Latawski. (2004). Battle Zone Normandy: Falaise Pocket. England: Sutton Publishing .

 

Cawthorne, Nigel (2005) Victory in World War II. Arcturus Publishing.

 

Roy, Reginald (1984). 1944 – The Canadians in Normandy. Macmillan of Canada.

 

Anónimo. (2004). La bolsa de Falaise. 11/08/2021, de Exordio: La Segunda Guerra Mundial Sitio web: https://www.exordio.com/1939-1945/militaris/batallas/ofensiva-aliada/falaise.html

 

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