15 de noviembre de 1982
Funeral de Leonid Brezhnev en la plaza roja de Moscú
El cadáver del líder soviético Leónidas Breznev, de 75 años, fue expuesto en la sala de columnas de la Casa de los Sindicatos, a muy pocos pasos de las murallas del Kremlin. Durante dieciocho años, fue uno de los personajes más influyentes y poderosos de la Tierra. Yuri Andropov fue el encargado de organizar los funerales.
El cadáver de Breznev fue inhumado en la plaza Roja, detrás del mausoleo de Lenin y muy cerca de la tumba de Stalin.
En el mismo momento del entierro sonaron, durante tres minutos, las sirenas de todas las fábricas, obras y barcos del país, mientras se disparan salvas de artillería en las más importantes guarniciones, y se guardaron cinco minutos de silencio en todas las calles y lugares públicos. Los accesos a la Casa de los Sindicatos se encontraba la noche anterior cerrados al tráfico, por lo que se cree que estaban ya muy avanzados los preparativos para la instalación de la capilla ardiente.
Según el parte médico hecho público que estaba firmado por el médico personal de Breznev, el académico Eugeni Tchazov, y otros siete cardiólogos más, el fallecimiento del líder se produjo por un fallo cardíaco.
La normalidad en Moscú era absoluta. Bajo un cielo gris, los moscovitas acudían esperanzadamente a hacer sus compras -con la paciencia que les caracteriza- y formaban las colas de rigor frente a las puertas de los comercios. Era difícil detectar en los rostros cualquier síntoma de dolor o sorpresa. Esta vez no hubo rumores. A Breznev se le había visto en mejores condiciones físicas que otras veces, cuando, el pasado domingo, subía hasta la tribuna situada sobre el mausoleo de Lenin para presidir, en la Plaza Roja, el desfile conmemorativo del 65º aniversario de la revolución.
“Su mano era más firme y enérgica que el año pasado. Aparentemente, estaba en buena forma”, comentaba a EL PAIS un embajador occidental que tuvo la oportunidad de saludarlo ese día, durante la recepción que el líder soviético ofreció al cuerpo diplomático después del desfile.
Los rumores se desataron el miércoles por la tarde, cuando la radio y la televisión soviéticas comenzaron a introducir cambios en su programación, ofreciendo música clásica en lugar de películas o programas de variedades.
Pero esta vez nadie pensó en Breznev y todos los comentarios apuntaban hacia dos miembros del Politburó -Arvid Pelche de 83 años, y Andrei Kirilenko de 76-, que se encontraban enfermos y estuvieron ausentes en los últimos actos públicos.
El primero en observar algo anormal fue un periodista japonés, que debido a la diferencia horaria existente entre Moscú y Tokio comienza a trabajar cuando el resto de sus colegas de otros países se acaba de meter en la cama.
Cuando comenzó a leer el ejemplar de Pravda que, con la tinta aún fresca, se encontraba ya sobre su despacho, recorrió rápidamente con la vista la primera página y vio con sorpresa algo realmente anormal: la firma de Breznev no estaba impresa al pie de un comunicado que el Gobierno y el partido de la URSS habían enviado a los dirigentes angoleños.
Por fin, a las once de la mañana se interrumpían todas las emisiones para dar lectura a un comunicado en el que se informaba de la muerte del presidente del Presidium del Soviet Supremo (Parlamento) y secretario general del Comité Central, Leónidas Ilitch Breznev. “El partido comunista de la Unión Soviética, todo el pueblo soviético han sufrido una gran pérdida. Dejó de existir un fiel continuador de la gran causa de Lenin, ardiente patriota, eminente revolucionario y luchador por la paz, por el comunismo, gran personalidad política y de Estado de nuestro tiempo, Leónidas llich Breznev”
A lo largo de todo el día, la música fúnebre sólo quedaría interrumpida por la lectura de los pésames que se recibían en el Kremlin.
A partir del día de su muerte y durante tres días consecuentes el cadáver de Breznev será expuesto en la sala de columnas de la Casa de los Sindicatos de Moscú.
El fallecimiento del líder soviético ha alterado el calendario político previsto para los próximos días. La reunión plenaria del Comité Central, que debería tener lugar el lunes 15 de noviembre de 1982, sería retrasada hasta el día 22. Al día siguiente, el Soviet Supremo (Parlamento) celebrará también su pleno.
Según fuentes oficiales soviéticas, el vacío de poder queda cubierto por dos personas -Vasili Kutnezov, vicepresidente del Presidium del Soviet Supremo, y Nikolai Tijonov, presídente del Consejo de Ministros-, que sustituirán eventualmente a Breznev en las tareas de Estado.
Hasta que el Soviet Supremo y el pleno del Comité Central no designen heredero, Kutnezov y Tijonov se encargarán de gobernar la URSS. El miembro del Politburó y del secretariado del Comité Central Yuri Andropov ha sido encargado de presidir la comisión que se encargará de organizar los funerales y el entierro. Esta noticia es considerada en los mentideros moscovitas como un indicio más de que él será el sucesor.
La lucha por la sucesión fue dura. La muerte, el pasado año, del ideólogo Mijail Suslov y la jubilación oficiosa de Andrei Kirilenko -cuyo cese inminente en el Politburó se espera desde hace una semana- han introducido algunos cambios en el sutil equilibrio de los órganos de poder soviéticos y, así, las previsiones son aún más difíciles.
Bibliografía
https://rusopedia.rt.com/personalidades/politicos/issue_252.html
https://elpais.com/diario/1982/11/12/internacional/405903612_850215.html
Edri Alexander Crespo Jama