Efemérides: 22 de noviembre de 1961 Harry Saltzman y Albert R. Broccoli anuncian que harán de Sean Connery una estrella

22 de noviembre de 1961

Harry Saltzman y Albert R. Broccoli anuncian que harán de Sean Connery una estrella

El agente con licencia para matar fue creado por Ian Fleming en 1953. Este autor era oficial de inteligencia británico, su nombre secreto era MI6; posiblemente no le resultó difícil dar el salto a la literatura recogiendo su experiencia en el campo del espionaje. La primera novela la tituló Casino Royale y presenta a James Bond como un agente secreto, atractivo soltero, de grandes ojos azules y al que le gusta desayunar caviar del Cáucaso con yema de huevos; tomar una sola copa de brandy, grande eso sí, antes de cenar; fumar entre 60 y 70 cigarrillos diarios sin filtro; y vestir un traje de pata de gallo blanco y negro. También nos cotilleó que su criatura perdió la virginidad en París, con 16 años. Fleming llegó a escribir 12 novelas más y dos colecciones de cuentos sobre Bond.

Muchos aficionados y seguidores del famoso espía piensan que el primer actor que le puso cara a 007 fue Sean Connery; pero no fue así. La primera vez que James Bond ocupó metros de celuloide fue en 1953, en un episodio del programa americano Clímax, titulado Casino Royale, para la CBS, producido por la Paramount Picture. El actor fue Barry Nelson, intérprete de muchas series de televisión y más conocido, tal vez, por encarnar a Stuart Ullman en la película El Resplandor.

Después, y en lo que al cine interesa, 007 durmió una larga siesta. Los productores Albert R. Broccoli y Harry Saltzman fundaron en 1961 “Eon Productions” y, tras difíciles negociaciones con Ian Fleming, acordaron adquirir la franquicia del espía de Su Graciosa Majestad. Desde 1963 y hasta la fecha han producido 24 cintas. Elegir actores, readaptar las novelas y decidir las fechas de estreno siempre fue tarea suya.

Sin embargo, con Sean Connery, primer intérprete de esta saga, la cosa empezó mal; a Fleming no le gustaba el escocés, dijo que este actor nada tenía que ver con su refinado Bond, que Connery no pasaba de ser un garrulo venido a más. A pesar de esta opinión interpretó a 007 en siete ocasiones y puso el entramado base del personaje para futuras producciones.

Agente 007 contra el Dr. No (Terence Young, 1962). Fue la primera película de la serie. En Hispanoamérica le añadieron el adjetivo satánico al Dr. Producida con bajo presupuesto, fue todo un éxito en taquilla. La trama comienza con la presentación del personaje a través del cañón de un revólver, todo un símbolo icónico.

Según cuentan, a Connery le costaba meterse en la piel del personaje y el director le aconsejó dormir con traje y corbata; está claro que Young pensaba que el hábito sí hace al monje. Otra curiosidad del filme es la presencia del cuadro de Goya, El Duque de Wellington, en la guarida subterránea del maléfico Dr., cuadro que, por cierto, había sido robado poco tiempo atrás de la National Gallery de Londres. La actriz suiza Ursula Andress, coprotagonista de la cinta, se hizo famosa por su escena vestida con bikini blanco y el pelo mojado saliendo del agua; pasó a ser la segunda chica Bond relevando a Eunice Gayson. Ian Feming propuso a su primo Christopher Lee para interpretar al villano, pero la productora le rechazó argumentando que no tenía suficiente cara de malo.

Para Eon Production no fue fácil decidirse por Sean Connery; antes consideraron a otros actores. Patrik McGoohan fue el primer elegido, pero rechazó el papel. Richard Johnson lo quiso, pero la productora le rechazó. Al final Connery firmó un contrato en exclusiva por siete años, a película por año, acuerdo que no cumplió; en 1968 dijo que estaba harto del personaje y que necesitaba abrirse a otras historias. Ante esto, Eon buscó a otro intérprete para la película “Al servicio de Su Majestad”, protagonizada por el australiano George Lazenby, que llegó a ser el modelo publicitario mejor pagado del mundo gracias a la marca Marlboro.

Finalmente, la película no obtuvo el éxito esperado en taquilla; al parecer, al público no le convenció el nuevo rostro de Bond, por lo que reanudaron negociaciones con Sean Connery para la siguiente cinta.

Tras un jugoso aumento en el caché, que donó íntegramente a la beneficencia, el escocés aceptó y protagonizó Diamantes para la eternidad (Guy Hamilton, 1971), historia plagada de gadgets: trampas para ratones, máquina fotográfica para crear falsas huellas digitales y la moneda que siempre gana en las máquinas tragaperras. Sin embargo, la decisión de introducir personajes exagerados y un humor trasnochado hicieron que la película no cumpliera con las expectativas artísticas ni, lo que fue más importante, económicas. No pasa de ser una película entretenida. Esta entrega supuso el abandono definitivo de Connery. El escocés fue relevado por el londinense Roger Moore, que interpretó al agente también en siete ocasiones durante un periodo de doce años.

 

 

Bibliografía

https://genteyold.com/licencia-para-triunfar/

Sean Connery

 

Edri Alexander Crespo Jama

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