#Efemérides. 16 de febrero de 1963. Publicación de Eichmann en Jerusalén, escrito por la filósofo Hannah Arendt.

Hace 59 años, Hannah Arendt publicaba su ensayo Eichmann en Jerusalén, un estudio sobre la banalidad del mal (Eichmann in Jerusalem. A Report on the Banality of Evil)

El 16 de febrero de 1963 la revista The New Yorker dedicó 73 páginas a una crónica del juicio que había condenado a muerte en Jerusalén al teniente coronel de las SS, Adolf Eichmann, encargado del transporte a los campos de concentración y exterminio. El texto era la primera de cinco entregas y lo firmaba Hannah Arendt, la pensadora alemana de origen judío que en 1951 entró a la historia de la filosofía con Los Orígenes Del Totalitarismo.

En 1961, en Israel, se inicia el juicio a Adolf Eichmann por genocidio contra el pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial. El juicio estuvo envuelto en una gran polémica y muchas controversias. Para cubrir este suceso político, casi todos los periódicos del mundo enviaron corresponsales para cubrir las sesiones, que fueron realizadas de forma pública por el gobierno israelí.

Además de crímenes contra el pueblo judío, Eichmann fue acusado de crímenes contra la humanidad y de pertenecer a un grupo organizado con fines criminales. Eichmann fue condenado por todos estos crímenes y murió en 1962, en las proximidades de Tel Aviv.

Una de las corresponsales presentes en el juicio siendo enviada por la revista The New Yorker, era Hannah Arendt. En su ensayo, según Arendt, Adolf Eichmann no poseía una trayectoria o características antisemitas y no presentaba los rasgos de una persona con carácter retorcido o mentalmente enferma. Actuó como actuó simplemente por deseo de ascender en su carrera profesional y sus actos fueron un resultado del cumplimiento de órdenes de superiores. Era un simple burócrata que cumplía órdenes sin reflexionar sobre sus consecuencias. Para Eichmann, todo era realizado con celo y eficiencia, y no había en él un sentimiento de «bien» o «mal» en sus actos.

 

Tonatiuh León García Cortés