Hace 166 se dio fin a una breve pero cruenta guerra por medio de los tratados de París, firmados el 30 de marzo de 1856.
Desde el 5 de octubre de 1853 hasta el 30 de marzo de 1856 (día de la firma de los tratados), se libró una extenuante batalla entre una liga conformada entre el Reino Unido, el Reino de Cerdeña, Francia y el Imperio Otomano contra la alianza entre el Imperio Ruso y el Reino de Grecia. Este conflicto bélico estalló a raíz de una debacle del Imperio Otomano y el expansionismo ruso, pues el Imperio había perdido cierta influencia en el mar Negro, a consecuencia de ello, perdió distintos territorios, uno de ellos fue la península de Crimea, a manos del Imperio Ruso.
Por otra parte, Francia y el Reino Unido temían que el Imperio Ruso se adueñara en su totalidad del Imperio Otomano, algo que crearía un desequilibrio europeo.
El conflicto estalló cuando el Imperio Ruso intervino en los roces entre cristianos orientales y occidentales, debido a que el Imperio Otomano se negó a dar ciertas concesiones, esto desencadenó la guerra entre los dos imperios en el otoño de 1853, el cinco de octubre del mismo año. Rusos y otomanos se enfrentaron en el Cáucaso y el delta del Danubio; el rechazo ruso a evacuar los principados danubianos, sometidos a los otomanos, determinó el ingreso a la guerra por parte de Francia y del Reino Unido.
Una intensa guerra que duró casi tres años, pero que dejó muchas bajas para ambos bandos, se daría por finalizada con la derrota del Imperio Ruso y la firma de los Tratados de París.
La erupción del monte Santa Helena en 1980 fue una de las erupciones volcánicas más catastróficas del siglo XX. La explosión ha sido la mayor de todas las ocurridas en Estados Unidos, superando en volumen de material expulsado y en poder destructivo a la explosión del pico Lassen en California que se dio en 1915.
La explosión fue precedida por dos meses de terremotos y expulsiones de vapor, causados por una inyección de magma en una zona de escasa profundidad bajo la montaña, que dio lugar a la fractura de la cara norte del monte Santa Helena.
El 16 de marzo de 1980 comenzó con una serie de pequeños terremotos, cuyo origen parecía residir en los movimientos del magma que estaban sucediendo en las profundidades del volcán Santa Helena.
El 20 de marzo a las 3:47 p.m. según el huso horario estándar del Pacífico (UTC-8) otro terremoto de 4,2 en la escala de Richter, con epicentro bajo la cara norte del monte Santa Helena, ponía en evidencia la actividad del volcán tras 123 años de silencio. Una serie de pequeños terremotos fueron saturando poco a poco todos los sismógrafos de la zona hasta alcanzar los valores máximos entre el 25 de marzo y los dos días siguientes se recogieron un total de 174 terremotos de 2,6 o más en la escala de Richter durante esos dos días.
Posteriormente, terremotos de 3,2 o más se fueron sucediendo cada vez de forma más frecuente entre abril y mayo. A principios de abril, la media era de cinco terremotos de 4 grados o más por día, pero en la semana anterior al 18 de mayo la media rondaba los 55 terremotos por día. Inicialmente, no había evidencias directas de una futura erupción, pero los pequeños terremotos causaron avalanchas de hielo y nieve que fueron observadas desde el aire.
El 27 de marzo a las 12:36 p.m., se produjo una explosión freática (o quizás dos simultáneas) que expulsó pedazos de roca del interior del cráter, generando así un nuevo cráter de 76 m de ancho y una columna de humo y cenizas de unos 1800 m de alto. También por estas fechas, se produjo una gran fractura de 4900 m de largo que cruzaba toda la cima de la montaña de este a oeste. Estos sucesos fueron seguidos por más terremotos y una serie de explosiones de vapor de agua que enviaron más ceniza al exterior. La mayor parte de esta ceniza se fue depositando en torno a 5-19 km a la redonda desde la zona de expulsión, pero algunos restos alcanzaron el sur de Bend (Oregón) a 240 km, y el este de Spokane (Washington) a 459 km.
El 29 de marzo podía verse un nuevo cráter formado y una llama azul oscilando entre los dos cráteres, originada probablemente por la liberación de gases inflamables del volcán. La electricidad estática creada por las nubes de ceniza que descendían por la ladera de la montaña generaron rayos eléctricos de hasta 3 km de largo. El 30 de marzo se reportaron hasta 93 amagos de erupción y el 3 de abril se detectaron los temblores armónicos que suelen preceder a las erupciones volcánicas, lo cual disparó las alarmas de los geólogos y llevó a la gobernadora Dixy Lee Ray a declarar el estado de emergencia.
El 8 de abril ambos cráteres se fusionaron, creando uno mayor de 520 m por 260 m. Un equipo de la USGS determinó, en la última semana de abril, que una sección de la cara norte del monte Santa Helena de 2,4 km de diámetro estaba desplazado unos 82 m. Durante finales de abril y principios de mayo esta grieta se fue haciendo cada vez mayor, a un ritmo de 1,5-1,8 m por día. A mediados de mayo ya se extendía unos 120 m por toda la cara norte.
A medida que la grieta iba avanzando hacia el norte, la cima de la montaña se iba hundiendo progresivamente, formando un complejo denominado graben. Los geólogos anunciaron el 30 de abril que el derrumbamiento de la cara norte era el peligro más inmediato, ya que esto podría desencadenar una erupción. Todos los cambios producidos en la forma del volcán estaban relacionados con el aumento de volumen de 125.000.000 m³ sufrido por la montaña desde mediados de mayo. Este aumento de volumen coincidía probablemente con el volumen de magma que estaba presionando y deformando la superficie del volcán.
El 7 de mayo se produjeron erupciones similares a las sucedidas en marzo y abril, y durante los siguientes días la grieta de la cara norte alcanzó unas tremendas dimensiones. Hasta este punto, toda la actividad se limitó a la cúpula de la cima. Un total de 10 000 terremotos fueron registrados antes de la gran erupción del 18 de mayo, la mayoría concentrados en una pequeña zona de 2,6 km, justo debajo de la grieta de la cara norte.
Todas las erupciones visibles cesaron el 16 de mayo, lo cual redujo el interés del público y el número de espectadores en la zona. Sin embargo, el 17 de mayo, la presión pública forzó a los oficiales al cargo, a permitir la expedición de un pequeño grupo de gente al interior de la zona de peligro. Otra excursión fue programada para las 10 de la mañana del día siguiente. Al ser domingo, se evitó que más de 300 leñadores estuvieran trabajando en la zona. Se estima que, justo antes de la erupción, el volcán había recibido unos 0,11 km³ de magma, cuya presión forzó el desplazamiento de 150 m de la sección de la cara norte de la montaña, y calentó todo el sistema de aguas subterráneas del volcán, causando explosiones de vapor de agua.
A las 8:32 a.m. del 18 de mayo de 1980, un terremoto sacudió la tierra y la debilitada cara norte se desplomó repentinamente, liberando gran cantidad de gases, lava y rocas calientes que volaron hacia el lago Spirit tan rápido como tardó la cara norte en desplomarse.
La sola primera erupción tuvo una fuerza equivalente a la de 500 bombas atómicas como la de Hiroshima y se escuchó a más de 300 kilómetros de distancia, las erupciones que le siguieron liberaron una energía equivalente a la de 27 000 bombas como la de Hiroshima. Lo que la convierte en una de las erupciones volcánicas más poderosas en la historia del siglo XX.
Una gran columna de cenizas volcánicas comenzó a elevarse hacia la atmósfera. Dicha ceniza llegó a depositarse en once diferentes estados de EE.UU. Al mismo tiempo, la nieve, el hielo y varios glaciares enteros del monte Santa Helena comenzaron a fundirse, formando una serie de largos lahares que alcanzaron el río Columbia.
Durante los siguientes días se produjeron pequeñas erupciones y solo una de gran magnitud, aunque no tan destructiva como la primera. Cuando la ceniza por fin se asentó, se pudieron contabilizar los daños sufridos: 57 personas (entre ellas el posadero Harry Truman y el geólogo David A. Johnston) y miles de animales murieron, cientos de kilómetros cuadrados de terreno fueron totalmente arrasados, más de mil millones de dólares en daños materiales y el monte Santa Helena con un inmenso cráter en su cara norte, antes la “cara graciosa”. Toda el área fue más tarde protegida y convertida en el Mount St. Helens National Volcanic Monument.
El Parlamento Británico abole el tráfico de esclavos en su Imperio
El día de hoy conmemoramos la abolición en el Reino Unido del tráfico de esclavos en los confines de su Imperio, un primer paso importante en la plena abolición de la esclavitud, que se dio tiempo después. Este primer avance en ese sentido se dio el 25 de marzo de 1807 cuando se promulgo el Acta del Comercio de Esclavos por parte del Parlamento del Reino Unido y que fue resultado de los trabajos del Comité para la Abolición del Comercio de Esclavos creado algunos años antes, concretamente en 1787.
Este comité, conformado mayormente por protestantes evangélicos que, influidos por las ideas de la ilustración y convencidos de que las leyes que permitían o protegían la esclavitud eran inmorales, encontró en William Wilberforce su principal promotor y quien se encargó de plantear ante el parlamento el proyecto abolicionista del comercio de esclavos en 1791 e insitió en él hasta que fue promulgado en 1807.
El Acta prohibia completamente el comercio de esclavos en los territorios posesión del Reino Unido, e imponía severas multas a los buques que empezaron con sanciones económicas hasta suspensiones y arrestos en virtud de que muchos de estos se negaban a acatar las nuevas disposiciones. Sin embargo, el gobierno británico fue sever en su imposición e incluso fue decisivo para influir en otras naciones europeas y en Estados Unidos, para iniciar sus propias esfuerzos por regular o prohibir el esclavismo.
Si bien hay que decir que este primer hecho sólo abolía el comercio de esclavos y la esclavitud como tal seguía siendo legal, fue sólo una cuestion de tiempo para que ésta fuera tambien abolida, mediante el Acta de abolición de la esclavitud, promulgada en 1833.
Para leer más sobre este hecho y sor su principal promotor, William Wilberforce, puedes visitar:
En la historia han existido atentados o intentos de asesinato contra mandatarios muy importantes de todo el mundo, pero, ¿ha habido este tipo de atentados contra candidatos?. Pues si, y paso en México, hace 28 años sucedió uno de los atentados más controversiales de la historia.
Corría el año de 1994, previo a las elecciones de México 1994, el 23 de marzo de 1994 el candidato a presidente de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta, sufría un atentado después de un mitin político.
Este magnicidio fue el primero tras el atentado contra Álvaro Obregón en 1928, y se suscitó en Tijuana, en el estado de Baja California, después de llegar desde La Paz, Baja California Sur. Llegó a las, 16:00 hrs a Tijuana y se encaminó a el mitin que ofrecería en Lomas Taurinas a las 16:30 hrs, tras culminar el evento alrededor de las 17:06 hrs, Colosio bajo del templete que se le había preparado y al pasar entre la multitud, Mario Aburto Martínez pasaría sobre la mínima seguridad que rodeaba al candidato e disparó dos veces a Colosio, una en el abdomen y otra en la cabeza. Inmediatamente se traslado a Colosio al Hospital General de Tijuana y fue arrestado Mario Aburto, sin embargo, los esfuerzos para salvar la vida del candidato priista fueron en vano, a las 19:45 hrs, los doctores declaraban muerto a Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Renuncia del Canciller Otto von Bismarck, tras 19 años en su posición
El viernes 18 de marzo de 1890, por la vía de la renuncia, concluyó el mandato de Otto von Bismarck como Canciller Federal de Alemania, puesto que equivale al de Jefe de Gobierno en aquella nación, y que Bismarck ejercía desde el 21 de marzo de 1871. De hecho, renunció al cargo debido a desentendimientos con el nuevo Kaiser (emperador) de Alemania, Guillermo II, quien lo forzó a renunciar para sustituirle por Leo von Caprivi, más afín a sus ideas.
Aunque fue asignado aún a otros cargos y reconocimientos militares hasta su muerte en 1898, esta renuncia significó el alejamiento de Bismarck de la vida política de Alemania. Sin embargo, no debemos olvidar que su relevancia en dicho país es enorme, pues se le suele considerar el unificador de la nación y el encargado de llevarla, tras su creación, a una posición de poder en Europa, por lo que su figura tambien es de carácter central en la historia europea de fines del siglo XIX.
Bismarck era abogado de formación y tomó relevancia en 1862 cuando fue nombrado Ministro Presidente del Reino de Prusia, el antecedente directo de la nación alemana, y desde cuya posición se encargó de crear un ejército con mirás a expandir los dominios prusianos y consumar la idea de unir los estados alemanes bajo su mando. Su don de mando, el poderoso ejército y sus labores diplomáticas le permitieron anexar a Prusia ducados de Dinamarca y de Austria para formar la Confederación Alemana del Norte y ser su primer canciiler en 1864.
Finalmente, tras derrotar a los franceses en 1871 y anexar la parte occidental de Alemania (Baviera), se proclamó el Segundo Imperio Alemán y, por supuesto, Bismarck fue nombrado Canciller Federal. Bajo tal cargo, mantuvo una autoridad centralizada para organizar y garantizar la prosperidad del recién creado imperio, mientras que en el plano internacional se garantizó no sólo el reconocimiento, sino la prevalencia de Alemania como una nación poderosa, a través de las alianzas pues pese a que la expansión de Prusia fue lo que consumó la unificación alemana, toda vez conseguida esta Bismarck no considero prudente alentar ambiciones imperiales para la nueva nación.
Para leer más sobre Bismarck y la unificación alemana, consulta:
Tras la derrota de los ejércitos franceses y la ocupación de París por parte de las tropas aliadas, Napoleón Bonaparte tuvo que renunciar a todos sus territorios excepto a la isla de Elba, al oeste de Italia, donde vivió desterrado desde mayo de 1814 hasta febrero de 1815.
No podía él estar quieto mucho tiempo. Después de haber consagrado los primeros días a los trabajos indispensables de su instalación, montó a caballo el 18 de mayo y recorrió toda la isla, quería asegurarse por sí mismo del estado de la agricultura, y de cuáles eran sus productos más o menos ciertos, como el comercio, la pesca y la extracción de mármoles y metales, sobre todo visitó con particular atención las canteras y las minas que son su principal riqueza.
En septiembre de 1814, el coronel Neil Campbell escribe en su diario que “Napoleón parece haber perdido todos los hábitos de estudio (…) ocasionalmente cae en un estado de inactividad nunca antes conocido”.
Sintiendo que Francia le reclamaba de nuevo y sabedor de que los ingleses querían desterrarlo a una isla remota en el Atlántico, Napoleón escapó de Elba aprovechando un descuido de la guardia francesa y británica. El 1 de marzo de 1815 desembarcó en Golfe-Juan, cerca de Antibes, y junto con sus soldados más leales puso rumbo a París, siguiendo un itinerario conocido hoy como la Ruta Napoleón, que recorre más de 300 kilómetros. El 20 de marzo de 1815 entró de forma triunfal en el Palacio de las Tullerías, que había sido abandonado de forma precipitada por Luis XVIII.
De la noche a la mañana, los emblemas reales fueron sustituidos por la bandera tricolor y las águilas imperiales. Comenzó entonces el período conocido como los Cien Días, o Cent-Jours en francés, que se extiende hasta el 22 de junio de 1815, fecha de su segunda y definitiva abdicación, hasta el 8 de julio de 1815, fecha de la segunda restauración de Luis XVIII.
Durante este tiempo, Napoleón trató de instaurar un régimen constitucional más democrático y liberal, pero de nuevo tuvo que enfrentarse a sus enemigos, cayendo derrotado en la batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815.
A lo largo de la historia de la humanidad, han existido sucesos históricos en contra de grandes líderes de grandes naciones, el día de hoy recordaremos uno muy particular, fue el 16 de marzo, pero del año 1792, el día en que se atentó contra la vida del Rey Gustav III por parte del barón Jacob Johan Anckarstroem en el conocido Baile de las Máscaras.
Reinaba desde hacía veinte años y si el estilo de su mandato se ceñía a las líneas del absolutismo, Gustavo III destacó por su amor a las artes y la cultura, aunque quizás no con la misma trascendencia que sus predecesores.
Previo a su atentado, el rey sueco había conseguido una de sus artimañas más grandes, había conseguido créditos para su desembarco, sin embargo, este truco provocó que sus seguidores aristócratas se enemistaran con el dando la renuncia al parlamento y dejando casi sólo al rey Gustav.
No pasó más de un mes hasta un suceso que marcaría la historia del rey y de la nación entera, el rey se presentaba a una gala en el teatro real de ópera, pese a que previamente desde Alemania le había llegado una carta sugiriendo que se cuidara, pues algunas personas habían hablado de atentar contra su vida. El rey Gustav simplemente respondió *Veamos si se atreverán*
Un par de horas después, el barón Jacob le disparó a sangre fría y lo dejó brutalmente herido, días después el rey moriría de gangrena, provocada por la bala del atentado en aquel Baile de las Máscaras, dejando a su hijo de 13 años como heredero al trono.
Por otra parte, el 16 de abril Jacob Johan Anckarstrom fue condenado, previamente fue despojado de sus propiedades y privilegios de nobleza. Su sentencia fue a tres días de prisión y el azote públicamente, se le cortó la mano derecha, se le quitó la cabeza y se descuartizó su cadáver. La ejecución tuvo lugar el 27 de abril de 1792. Soportó sus sufrimientos con la mayor fortaleza y pareció regocijarse por haber librado a su país de un tirano. Sus principales cómplices fueron encarcelados de por vida.
Dato curioso.
Gustavo III estaba fuertemente influenciado por la cultura francesa y tenía la corte francesa en Versalles como modelo. Estaba interesado en el lenguaje y el teatro y fundó la Academia Sueca, ya que comenzó varios teatros en Suecia, incluida la Royal Opera de Estocolmo. Muchos artistas, poetas y escritores fueron favorecidos por el rey durante su tiempo en el poder.
En 1866 hubo un atentado contra la vida del zar en San Petersburgo, perpetrado por Dmitri Karakózov. El atentado se produjo en el Jardín de Verano, siendo salvado el zar por un hombre que apartó a tiempo el arma del terrorista, impidiendo así que el monarca recibiera herida alguna. Para conmemorar el haber salvado la vida, se construyeron un gran número de iglesias y capillas en muchas ciudades de Rusia.
En junio de 1867, durante la visita del Zar a Napoleón III en París, en el Bosque de Boulogne fue atacado con dos disparos fallidos por el obrero polaco Bergowski, nativo de Volhynia y refugiado en París debido al control del Zar en diversas regiones de Polonia.
En la mañana del 20 de abril de 1879, Alejandro II iba caminando hacia la Plaza de la Guardia Personal, cuando fue atacado por un estudiante llamado Aleksandr Soloviov. Tras ver un revólver en sus manos, el zar huyó. Soloviov disparó cinco veces, pero falló y fue condenado a muerte y ahorcado el 28 de mayo.
El estudiante actuó por su cuenta, pero otros revolucionarios estaban deseosos de asesinar a Alejandro. En diciembre de 1879, la Naródnaya Volia (en ruso Voluntad del pueblo), un grupo revolucionario radical que planeaba una revolución social, organizó una explosión en el ferrocarril de Livadia a Moscú, pero no alcanzaron al vagón del Zar. En la noche del 5 de febrero de 1880, el mismo conjunto revolucionario llevó a cabo un atentado en un salón del Palacio de Invierno, pero el zar volvió a salir ileso, aunque otras 67 personas resultaron muertas o heridas. El comedor también fue muy dañado.
Después del último intento de asesinato, Mijaíl Lorís-Mélikov fue nombrado jefe de la Suprema Comisión Ejecutiva y se le dieron poderes extraordinarios para luchar contra los revolucionarios. Las propuestas de Lorís-Mélikov reclamaban algún tipo de órgano parlamentario, y el emperador parecía estar de acuerdo, pero estos planes nunca fueron realizados, pues el 13 de marzo (1 de marzo según el antiguo calendario ruso) de 1881, Alejandro II fue víctima de un atentado.
Como había hecho cada domingo durante una veintena de años, el zar se dirigió al Cuartel de la Manege en San Petersburgo para revisar los regimientos de la Guardia de Infantería de Reserva y la Guardia Cazaminas. Viajaba en un carruaje cerrado acompañado de seis cosacos y con un séptimo a la izquierda del cochero. El transporte del zar era seguido por dos trineos que llevaban, entre otros, al jefe de la policía y al jefe de la guardia del zar. La ruta, como siempre, fue a través del Canal de Catalina y por el Puente Pévchesky, hacia la Catedral de San Isaac.
La calle estaba flanqueada por estrechas aceras a ambos lados. Un hombre joven de pequeña estatura, que llevaba un pesado abrigo negro, iba por la calle en dirección del transporte imperial. Llevaba un pequeño paquete blanco envuelto en un pañuelo. El joven era el revolucionario Nikolái Rysakov, quien arrojó una bomba al paso del carruaje.
La explosión mató a uno de los cosacos e hirió gravemente al conductor y a la gente que estaba en la acera, varios de gravedad, mientras que el carruaje sólo resultó dañado. El zar fue sacudido, pero resultó ileso. Rysakov fue capturado casi de inmediato. Dvorzhitsky, Jefe de la Policía, escuchó gritar a Rysakov a alguien de entre la multitud. Consciente de que había otro asesino cerca (incluso más de uno), instó al zar para que saliera de la zona. El zar Alejandro aceptó de inmediato, pero antes quería ver el lugar de la explosión. Completamente rodeado por los guardias y los cosacos, se acercó al agujero que había en la calle. Fue entonces cuando un hombre joven, Ignati Grinevitski, que estaba cerca del canal, levantó ambos brazos y tiró algo a los pies del zar. El jefe de policía Dvorzhitsky más tarde escribió:
Yo estaba ensordecido por la nueva explosión, quemado, herido y tirado al suelo. De repente, en medio del humo y la niebla, y cubierto de nieve, escuchaba la voz débil de Su Majestad que gritaba, “¡Ayuda!”. Recopilé toda la fuerza que pude, me puse en pie y corrí hacia el zar. Su Majestad estaba medio de pie, medio sentado, apoyándose en su brazo derecho. Creyendo que estaba herido levemente, traté de levantarlo, pero sus piernas estaban destrozadas, y la sangre manaba de ellas. Veinte personas, con heridas de diverso grado, estaban sobre la acera y en la calle. Algunos estaban bien, otros se arrastraban, otros trataban de salir de debajo de cuerpos que habían caído sobre ellos. A través de la nieve, los cadáveres y la sangre se podían ver mezclados con las prendas de vestir, sables y sangrientos trozos de carne humana.
Más tarde se supo que había una tercera bomba entre la multitud. Un hombre llamado Iván Emelyánov estaba dispuesto a lanzar dicho explosivo, portando un maletín que contenía una bomba que sería utilizada en caso de que las otras dos bombas no lograsen el resultado esperado.
Alejandro fue llevado en trineo hasta el Palacio de Invierno, quedando un rastro de sangre entre el trayecto que va desde la escalera de mármol hasta su estudio, donde veinte años antes había firmado el Edicto de Emancipación de los siervos. El zar, con ambas piernas destrozadas, se estaba desangrando. Los miembros de la familia Románov se apresuraron a ir hasta la cama del moribundo. Uno de ellos fue el silencioso y sensible niño de trece años de edad, llamado Nicky, hijo mayor del zarévich Alejandro, quien sería Nicolás II de Rusia.
Antes de morir, el zar recibió la Comunión y la Extremaunción, pues ya estaba demasiado débil y entonces no era posible todavía realizar una transfusión de sangre. No había nada que se pudiera hacer, salvo esperar. Cuando se le preguntó cuánto tiempo se prolongaría la agonía del zar, el médico, Dr. S.P. Borkin, respondió, «unos quince minutos». A las 3:30 de ese día el zar Alejandro II dejó de respirar.
Primer caso detectado de la influenza “española” en Kansas, EEUU
En nuestra efeméride de hoy recordamos el primer caso (conocido en términos epidemiológicos como el “Paciente cero”) de la gripe tipo A, subtipo H1N1, conocida popularmente como influenza o gripe española, e incluso como “trancazo”. Este primer caso se dio en Estados Unidos, en el condado de Haskell en Kansas, y tienen un nombre y apellido: Gilbert Michell.
Se trató de una gripe que, sin embargo, era considerablemente más contagiosa y sobre todo era especialmente violenta en adultos y jovenes, cuando las gripes comunes solian sólo afectar a niños y adultos mayores. Hoy en día sabemos que el virus generó una gran cantidad de contagios en Estados Unidos antes de mutar y volverse un agente más contagioso y letal antes de llegar a Europa (el primer caso se dio en Francia) en agosto de 1918.
Las cifras de la pandemia son devastadoras pues en un año se estima acabó con poco más de 20 millones de vidas humanas, incluido un gran porcentaje de niños. Esto es debido a lo contagioso que resultaba el virus y su índice de mortalidad, que estudios epidemiológicos recientes han situado alrededor del altísimo 65 por ciento.
Su origen es incierto (aunque casi hay coincidencia en determinarlo en Estados Unidos, donde surgió desde 1916 y fue capaz de mutar paulatinamente) y el mote de “española” no tiene que ver con que haya surgido de ese país europeo, sino con un hecho curioso: casi todos los paises, inmiscuidos en la Primera Guerra Mundial, ocultaban las cifras de muertes por la pandemia para evitar alarmismos, sin embargo, España, país neutral en la contienda, no los ocultó en cuanto empezó a tener casos.
Por ello, al ser el único país cuya prensa publicaba noticias sobre infectados y decesos, el resto del mundo creyó que la epidemia era exclusiva de ellos, hasta tiempo después que las cifras no pudieron ser ocultadas por nadie. La pandemia duró todo 1918 y mermó en 1919 gracias a la adaptación de los organismos (humanos y animales) al virus. En 1920 hubo un rebrote, pero no tuvo mucho impacto y finalmente se pudo superar la primer gran pandemia del siglo y una de las más devastadoras de la historia.
Para leer más sobre esta Pandemia, te invitamos a consultar:
Un día como hoy 9 de marzo pero de 1916 el general Francisco Villa invade el pueblo de Columbus, como represalia a Estados Unidos por reconocer el gobierno de Venustiano Carranza.
Doroteo Arango (Francisco Villa) había perdido una de las batallas más importantes contra las fuerzas armadas mexicanas encabezadas por el General Álvaro Obregón, la División del Norte fue derrotada a finales de 1915 en la batalla de Agua Prieta, diversos factores provocaron su derrota, algunos de ellos provocaron que Doroteo iniciará una incursión en Estados Unidos para atacar Columbus.
Las causas más importantes de este ataque fueron tres.
El apoyo continuo por parte del gobierno Estadounidense a las fuerzas armadas de Venustiano Carranza.
La orden nacional a todo Estados Unidos de no vender armas a detractores del gobierno constitucional de Venustiano Carranza.
Capturar a su proveedor de armas, debido a que le había vendido municiones defectuosas.
Entonces Francisco Villa en compañía de su División del Norte se encaminó a la búsqueda de Samuel Ravel (su proveedor de armas) en el pueblo de Columbus la madrugada del 9 de marzo de 1916, las bajas resultantes en el combate indican que ambos bandos sufrieron en la misma medida, pero gran parte del poblado fue devastado en la lucha. Los villistas capturaron 80 caballos, 30 mulas y 300 fusiles; incendiaron un hotel desde donde los civiles les disparaban a placer (las llamas se extendieron por el centro dejándolo en cenizas) y mataron a 37 militares estadounidenses y 20 civiles (entre ellos dos mexicanos). En contrapartida, siete fueron hechos prisioneros.
Esta acción por parte de Villa provocó la Expedición Punitiva encabezada por el general John J. Pershing que oficialmente iniciaría el 14 de marzo de 1916 y concluiría el 17 de febrero de 1917. El propósito de la intervención de los estadounidenses del norte en México era capturar a Villa para ajusticiarlo en EE. UU. El general mexicano se había refugiado en una cueva de la sierra Tarahumara recuperándose de una complicada herida de bala que había recibido en la rodilla y jamás pudieron encontrarlo, sin embargo, durante esta expedición las fuerzas armadas estadounidenses usaron su mejor armamento militar que poco después usaría para su ingreso a la Primer Guerra Mundial.