Hoy en este día se cumplen ya 186 años desde que Texas declaró su independencia el 2 de marzo de 1836.
Desde 1833, Stephen F. Austin y el dirigente yorkino (yucateco también) Lorenzo de Zavala, eran los terratenientes más importantes en el estado texano, mismos que fueron representantes del “Comité Central de Seguridad, Órgano Dirigente”.
Tras haberse llevado a cabo la Segunda Reunión de Colonos, Austin viajó a la Ciudad de México para presentar sus propuestas al recién formado gobierno de Valentín Gómez Farías. Impulsada la colonización de territorio de Texas por el gobierno de los Estados Unidos, se trató de negociar la compra de dicho territorio, de California y de Nuevo México, pero el gobierno mexicano no aceptó las propuestas de compra y poco después el encargado de los negocios de Estados Unidos en México Anthony Butler promovió abiertamente la sublevación de los texanos contra la República Mexicana con la intención de que Texas se separara de México.
Fue así como dio inicio la guerra separatista entre texanos y el gobierno mexicano, bajo el pretexto de que México había adoptado una Constitución centralista conocida como “7 leyes”, el 2 de marzo de 1836 una nueva convención de diputados texanos se reunió en la Villa de Washington the Brazos o New Washington y declaró la independencia de la nueva República de Texas o República Texana, por considerar que los colonos estadounidenses formaban un conglomerado distinto del resto de la nación mexicana por su idioma y religión.
Esta independencia no fue reconocida por el gobierno mexicano sino hasta la derrota del General Antonio López de Santa Anna en la batalla de San Jacinto por medio del Tratado de Velasco que culminaría la guerra de Texas el 14 de mayo de 1836, y así se mantuvo Texas hasta la ya conocida anexión a Estados Unidos en 1845 y que desembocó en la Intervención Norteamericana.