Contando con la reputación del «vencedor de Verdún», el régimen colaboracionista decidió explotar el prestigio del mariscal Pétain y comenzó a difundir un culto a la personalidad del nuevo líder, las fotos del mariscal figuran en las vitrinas de todos los negocios, en las paredes de la ciudad, en todas las oficinas administrativas, lo mismo que en todas las instituciones educativas y en las organizaciones juveniles. Se suspendieron las libertades públicas, lo mismo que los partidos políticos, y todos los sindicatos fueron unificados en una organización de corporativismo laboral, al tiempo que aparecían jurisdicciones de excepción.
El régimen de Vichy pretendía realizar una «Revolución Nacional», si bien sus principios contradecían los de la Revolución Francesa de 1789. El lema del régimen fue «Trabajo, Familia, Patria» (en francés: Travail, Famille, Patrie). En sus anhelos de la restauración de Francia, el Gobierno creó en un corto tiempo, bajo la dirección del general Joseph de La Porte du Theil, campos de formación de las juventudes, que se convertirían más adelante en las Canteras de la Juventud Francesa. La idea era reunir toda una generación de franceses y, a través de una vida de formación, inculcarles los valores morales del nuevo régimen. Al mismo tiempo, se suprimió el servicio militar. En el campo económico, se pusieron en marcha otros medios de control, como los comités profesionales de organización y repartición, que tenían un poder jurisdiccional sobre sus miembros y un poder de repartición de las materias primas, lo que representaba un poder capital en el contexto de restricciones generalizadas que significó la Segunda Guerra Mundial. Paralelamente con el desarrollo de un poder centralizado, el mariscal se dedicó al «levantamiento de Francia», que incluía la repatriación de refugiados, la desmovilización, un sistema de abastecimiento, el mantenimiento del orden y de la unidad nacional.
Pétain se mostraba como garante del respeto de Alemania por las convenciones del armisticio. Se tomaron varias medidas de organización del régimen, como la creación de un Ministerio de la Reconstrucción, la unificación del permiso de construir y una política familiar. Se prohibió fumar en las salas de espectáculos y se instauró el día de las madres.
En octubre de 1940 y sin contar con Berlín se promulgaron precipitadamente leyes de exclusión contra los masones y los judíos, que serían endurecidas al año siguiente. Las leyes excluían también a los franceses de «raza judía» (determinada por la religión de sus padres) de la participación en actividades públicas y en la administración. Se trató asimismo de limitar el número de estudiantes judíos en las universidades, medida que contó con el rechazo de gran parte de la comunidad universitaria. Durante el período del armisticio se creó la «Legión Francesa de Combatientes», a la que se agregarían los «Amigos de la Legión» y los «Cadetes de la Legión». La Legión se fundó por Xavier Vallat el 29 de agosto de 1940 y fue presidida por el mariscal Pétain. Para el régimen de Vichy, la nueva Legión deberá servir de punta de lanza de la Revolución Nacional y del propio régimen.
En el seno de esta Legión se constituyó un Servicio del Orden Legionario, que se dedicaría inmediatamente a la colaboración con Berlín. Comandado por Joseph Darnand, héroe de la Primera Guerra Mundial y de la campaña de 1940, este organismo se convierte en enero de 1943 en la Milicia Francesa. Al final de la guerra, cuando Vichy se había convertido definitivamente en un régimen al servicio de los alemanes, una parte de la Milicia que cuenta con unos 30 000 hombres participa activamente en la lucha contra la Resistencia, con el apoyo público del mariscal Pétain y de Pierre Laval, su presidente oficial.
En su política exterior, Pétain, después de tres meses de permanecer oficialmente neutral entre el Eje y los Aliados, mediante un discurso por radio pronunciado el 30 de octubre de 1940, se inclinó por una política de colaboración con el Eje y, en especial, con Alemania. Aun dependiendo fuertemente de aquel país, se garantizaba la obediencia del régimen de Vichy reteniendo a cerca de dos millones de prisioneros (en campos de concentración o utilizados como fuerza de trabajo). Pétain evitó entrar en la guerra con el Eje en apoyo de Hitler, tal y como pretendía el Führer, como le fue solicitado en la entrevista que mantuvieron en Montoire, el 24 de octubre de 1940.
Aun así, la colaboración del régimen fue especialmente notable en lo referente a su complicidad con el Holocausto, 149 000 judíos fueron deportados y de ellos únicamente regresó el 10 %. Esta colaboración de Estado tuvo varias consecuencias. El mariscal evitó protestar contra las acciones del invasor alemán y sus auxiliares franceses, lo mismo que contra la anexión, contraria a la convención de armisticio, de Alsacia-Lorena y del río Mosela por parte de Alemania.
Sin embargo, Pétain condenó los «crímenes terroristas» de la Resistencia o los bombardeos aliados sobre objetivos civiles, además de alentar a los miembros de la Legión de Voluntarios Franceses que combatían en la URSS con uniforme alemán. Cuando los aliados desembarcan en el Norte de África el 8 de noviembre de 1942, Pétain dio la orden de combatirlos a sus generales establecidos en Argelia y Marruecos, y las tropas francesas allí estacionadas libraron tres días de sangrientos combates contra las tropas anglosajonas.
La disidencia de la mayor parte del Imperio colonial francés, la ocupación alemana de la «zona libre», el auto hundimiento de la flota francesa en Tolón el 27 de noviembre de 1942 y la disolución del Ejército de Armisticio hicieron perder a Vichy sus últimos triunfos frente a los alemanes. Manteniendo su política colaboracionista, Pétain perdió gran parte de la popularidad de que gozaba en 1940 y la Resistencia se intensificó pese al endurecimiento de la represión: 70 000 reclusos en las cárceles del régimen, cuyos jueces dictaron 10 000 sentencias de muerte.
El 20 de agosto de 1944, el mariscal Pétain fue conducido contra su voluntad a Sigmaringen, Alemania, donde se refugiaron los dignatarios de su régimen. Lejos de dimitir, envió una carta a los franceses donde se denominó el «jefe moral de Francia». El 24 de abril de 1945 decidió cruzar la frontera con Suiza y entregarse a las autoridades francesas, lo que sucedió el 26 de abril de 1945.
-Crespo Jama Edri Alexander