La entrada de Napoleón en París el 20 de marzo de 1815 marca el inicio del reinado de los cien días, esto después de su derrota en las guerras napoleónicas donde se le había exiliado y restaurado a los borbones como la familia en el poder en Francia.
Tras su exilio en la isla de Elba en 1814, Napoleón logró escapar y regresar a Francia en marzo de 1815. A su llegada, fue recibido con entusiasmo por los militares y civiles los cuales estaban descontentos con la restauración borbónica que se había establecido tras su abdicación en 1814. Napoleón se dirigió a París, donde llegó el 20 de marzo de 1815, tras un triunfal recorrido por el país.
En París, Napoleón se reunió con el rey Luis XVIII, quien había sido restaurado en el trono después de su exilio. Luis XVIII intentó negociar con Napoleón, pero éste se negó a aceptar cualquier acuerdo que le privara del poder. Luis XVIII huyó de París y Napoleón fue proclamado emperador de los franceses por segunda vez.
El reinado de los cien días comenzó oficialmente el 20 de marzo de 1815 y terminó el 22 de junio de 1815, cuando Napoleón fue derrotado en la batalla de Waterloo por las fuerzas británicas y prusianas. Este corto periodo de tiempo fue un intento fallido de Napoleón de volver a tomar el control de Francia y de Europa.
Durante los cien días, Napoleón realizó importantes reformas en Francia, como la abolición de la esclavitud en las colonias francesas y la creación de un sistema de educación pública. Sin embargo, también se dedicó a la creación de un ejército y a la preparación de una guerra contra Europa, lo que provocó la desconfianza de las potencias europeas y la posterior derrota en Waterloo.
La entrada de Napoleón en París y el inicio del reinado de los cien días fueron un momento clave en la historia de Francia y de Europa, y marcaron el final definitivo del imperio napoleónico y el inicio de la segunda restauración borbónica francesa.