Cuando pensamos en los tanques de la segunda guerra mundial, muchos aparatos vienen a nuestra mente pero, sin temor a equivocarme, el carro de combate más icónico de este conflicto es de nacionalidad alemana y lleva por nombre Panzerkampfwagen VI Tiger, o simplemente llamado Tigre y su fama no es para menos, pues desde su primera aparición en otoño de 1942 en el marco del sitio de Leningrado, dejó en claro que eran oponentes dignos de temer.

¿Cómo era este tanque?
58 toneladas de peso, una longitud de más de 8 metros contando el cañón, 3 metros de altura, 102mm de blindaje frontal y 82mm en los costados y la parte trasera, además de un temible cañón de 88mm, el Tiger era un vehículo que protegía con facilidad a su tripulación de 5 hombres además de causar pánico con solo su presencia, su sonido de motor tan característico quedó grabado en las mentes de todos aquellos veteranos que tuvieron la mala fortuna de cruzarse en el camino de uno de estos aparatos; empero, el Tiger tuvo muchos y severos limitantes que jugaron en su contra en más de una ocasión.

Sus desventajas
Las desventajas del Tiger iniciaron desde su fabricación, pues era muy complejo de producir, por lo que su cadena de ensamble requería obreros especializados y mucho tiempo de trabajo comparado con otros tanques usados por Alemania en esa misma época. En el campo de batalla tenía una autonomía de alrededor de 110 kilómetros, sumado a que cada que se recorría esta longitud requería de mantenimiento preventivo. Esto era debido a que su transmisión tendía a romperse debido a factores como el hecho de que su motor Maybach de 12 cilindros no era capaz de de darle una relación potencia/peso favorable, por lo que el destino de muchos tigres fue el de quedar abandonados tras las retiradas constantes a partir de mediados de 1943. Sin importar estos errores provenientes desde su diseño, el Tiger se fabricó de manera constante desde 1942 hasta finales de 1944, cuando las fábricas alemanas se concentraron en la producción del Tigre II, también conocido como Rey Tigre. En total, 1347 unidades del primer modelo del Tigre fueron producidas.

Su papel en África del Norte
De los más de mil Tigers producidos a lo largo de la guerra, solo un puñado vieron combate en África del norte, uno de ellos es el tema de esta entrada, el afamado Tiger 131, perteneciente al batallón de tanques pesados 504. Se calcula que su llegada a África tuvo lugar alrededor del 16 de abril, para posteriormente participar en su primera operación que llevaba por nombre “Operación flor de lila“, la cual tenía como objetivo realizar un contraataque sobre la ofensiva británica que amenazaba Túnez, la última fortificación alemana en áfrica para entonces.
El ataque tuvo lugar la madrugada del 21 de abril de 1943, el Tigre 131 se posicionó en el lado norte de una colina nombrada Djebel Djaffa y desde ahí desencadenaría el infierno para las tropas británicas que intentaban capturar su posición. Las armabas combinadas del ejército británico no parecían tener efecto, pero un disparo certero de un cañón de 6 libras proveniente de un tanque Churchill había atascado el anillo de la torreta, hiriendo al conductor y el artillero de la ametralladora, el arma secundaria del tanque, además de haber destruido la torreta. Debido a estos factores, la tripulación optó por abandonar el tanque, el cual fue capturado por los británicos y se mantuvo en aquella posición hasta el día 7 de mayo, cuando fue finalmente recuperado por un escuadrón británico especializado en este tipo de tareas y fue llevado hasta la recién capturada Túnez, en donde se le reparó y se le cambiaron las insignias alemanas por las usadas por el ejército británico como se ve en la siguiente fotografía.

¡Un trofeo de guerra peculiar!
Fue hasta octubre de 1943 que este carro de combate fue transportado exitosamente hasta Inglaterra, en donde fue exhibido a lo largo de toda Gran Bretaña como trofeo de guerra, para posteriormente ser puesto en investigación para el gobierno británico. Pese a haber sido una unidad capturada con apenas daños, lo cual significaba un potencial desarrollo de un tanque capaz de superar a este, los británicos nunca se vieron interesados en esto, pues el Tiger era tan escaso que visto desde los puestos de comando más altos, solo representaban molestias ocasionales que no merecían el tiempo y los recursos para crear un arma que se le comparara en el campo de batalla.

Su destino
En 1951 el 131 fue transferido al museo de tanques de Bovington, en donde permaneció estacionado como parte de su exhibición permanente, un destino muy similar a otros tanques alemanes capturados durante la segunda guerra mundial, pero cuya historia se aparta de ellos luego de 1990, pues el tanque fue restaurado utilizando piezas de otros tigres además de emplear nuevos cables para su apartado eléctrico. Finalmente, en el año 2003, el Tigre 131 estaba nuevamente en pleno funcionamiento y es hasta el día de hoy, el único tigre en este estado pues, a pesar de que hay muchos de estos vehículos en exhibiciones de países como la propia Alemania, Francia, Rusia, Bélgica, entre otros, el 131 destaca por estar al 100% de su funcionalidad, convirtiéndose es una de las atracciones más populares que tiene este museo.
Su fama le ha permitido ser el primer tigre real usado en una película desde 1950, pues apareció en aquella escena tan cómica para cualquier conocedor de las batallas de tanques de la película Fury, protagonizada por Brad Pitt y estrenada en 2014. Pese a ser una escena históricamente horrenda, es agradable ver un tigre real ser usado en un blockbuster como el largometraje mencionado.

Si quieres ver este tanque en pleno funcionamiento, puedes ir al Tankfest, celebrado en el museo de tanques de Bovington, Inglaterra, el hogar de este veterano del segundo conflicto a escala mundial. Debido a la pandemia que nos ha azotado, el Tankfest del 2020 fue realizado vía streaming, por lo que puedes ver bastante material del 131 en Youtube con tan solo buscar su nombre.

– Der Ausländer.